
El pasado mes de marzo contamos que la medicina había diagnosticado el primer caso conocido de una persona que, literalmente, orinaba alcohol. Unos meses después, la ciencia ha encontrado una inesperada solución a la extraña condición.
Bajo el nombre de “síndrome de auto-cervecería urinaria o fermentación intestinal” (ABS) se encuentra una rara condición donde los pacientes pueden llegar a ser capaces de sentirse completamente ebrios sin haber tomado ni una sola gota de alcohol. La causa se debe a microorganismos, generalmente hongos, en el intestino que se alimentan de carbohidratos ingeridos pocas horas antes para producir su propia infusión de alcohol.
Estos microbios fermentadores no son raros en el cuerpo humano, pero en pequeñas cantidades. Sin embargo, en ABS las poblaciones de microbios y la fermentación crecen sin control, situación que se puede dar, por ejemplo, con antibióticos que desequilibran el intestino.
De hecho, esto es precisamente lo que le ocurrió a un paciente de 47 años en un hospital de Bélgica. Tras finalizar una dosis de antibióticos, había estado experimentando momentos inexplicables de embriaguez, una situación que se alargó durante dos meses.
El paciente les dijo a los médicos que no había consumido alcohol en un tiempo, y tras las primeras exploraciones los doctores encontraron que sus niveles de etanol en sangre eran más de 17 veces superiores a lo que se considera normal, o el doble del límite legal en Estados Unidos.

Como resultado de ello, los médicos le diagnosticaron ABS y le recetaron antimicóticos orales y una dieta baja en carbohidratos que no resultó. Luego siguieron otros tratamientos que tampoco tuvieron éxito, el hombre seguía teniendo episodios de embriaguez e incluso su mujer informó que podía oler el alcohol en su aliento.
Finalmente, y tras recibir una multa por conducir ebrio en un control policial aleatorio, los médicos decidieron probar algo más drástico: un trasplante de microbiota fecal, más comúnmente conocido como trasplante de caca.
No es una técnica nueva, y de hecho, en los últimos años ha dado grandes resultados como fórmula para reequilibrar la microbiota intestinal entre ciertos grupos de personas.
El paciente dio su aprobación y la muestra donada llegó por parte de su hija de 22 años. Afortunadamente para el paciente, el trasplante de caca funcionó de maravilla. Según explican los investigadores en el estudio publicado:
Basándonos en nuestra experiencia con este paciente, recomendamos a otros médicos que tienen pacientes con síndrome de fermentación intestinal que consideren el tratamiento con trasplante de microbiota fecal, especialmente si la terapia más tradicional ha fallado. Además, podemos imaginar un punto futuro, después de investigaciones adicionales para evaluar la seguridad del trasplante de microbiota fecal, en el que este enfoque podría convertirse en una terapia estándar para el síndrome de fermentación intestinal.
Por cierto, el hombre recuperó su carnet de conducir. [Annals of Internal Medicine via Science Alert]