Se llama Tess, y es la nueva arma de la NASA en pos de un objetivo muy noble: encontrar un nuevo hogar para nuestra especie en el universo. Tess despega el próximo mes de abril y su misión consiste en relevar a la sonda espacial Kepler en la búsqueda de nuevos exoplanetas habitables.
Tess es el acrónimo de Satélite de exploración del tránsito de exoplanetas (Transiting Exoplanet Survey Satellite). Como su propio nombre indica, busca nuevos planetas más allá del Sistema Solar por el método de analizar la casi imperceptible variación en el brillo de una estrella que un exoplaneta produce al pasar por delante de ella. En eso no se diferencia de la sonda Kepler.
Desde su lanzamiento en 2009, la sonda Kepler ha descubierto más de 4.000 exoplanetas de los que un puñado estan en zona de habitabilidad. Mucho más importante que eso es el hecho de que Kepler nos ha enseñado que hay muchos más exoplanetas ahí fuera que aún no hemos descubierto porque son demasiado pequeños y el tránsito por delante de sus estrellas no es perceptible con los instrumentos actuales.
Ahí es donde entra en juego Tess. La nueva sonda de la NASA cuenta con cuatro cámaras con un ángulo de alrededor de 24 grados, aproximadamente la anchura de la constelación de Orión. Su trabajo será investigar 20 millones de estrellas de las más próximas a la Tierra (100 años luz o menos). Los creadores de Tess esperan encontrar alrededor de 20.000 nuevos exoplanetas de los que calculan que alrededor de 500 podrían ser similares a la Tierra.
Tess es un proyecto de bajo presupuesto (200 millones de dólares) si lo comparamos con Kepler, que costó 650, pero su objetivo es especialmente ambicioso porque se centra en descubrir planetas cercanos y muy pequeños. Sus cámaras están preparadas para detectar planetas con un tercio de masa del nuestro. También está especialmente orientado a examinar enanas marrones, las estrellas en cuyas inmediaciones que es más probable que hallemos vida.
Tess tiene previsto su despegue el próximo 16 de abril a bordo de un cohete Falcon 9 de SpaceX. Orbitará a medio camino entre la Tierra y la Luna y se prevé que la primera parte de su misión dure dos años. [NASA vía The New York Times]