Lo sentimos, fans de Armageddon. Si algún día necesitamos desviar un asteroide potencialmente peligroso no tendremos que recurrir planes épicos protagonizados por Bruce Willis ni a complejas naves cargadas de armas nucleares. Bastará con que lo pintemos de otro color.
Es cierto que la NASA y Roskosmos trabajan en diseñar naves armadas capaces de desviar un asteroide a golpe de explosiones nucleares en caso necesario. La sonda HAMMER de la que hablábamos recientemente es un buen ejemplo, pero esos proyectos extremos podrían no ser necesarios.
Michael Moreau, director de dinámicas de vuelo de la misión OSIRIS-REx explica a Gizmodo que “solo cambiar de color la superficie de un asteroide cambiaría tanto sus propiedades térmicas que alteraría su órbita”.
Moreau es uno de los expertos de la NASA que harán historia el próximo mes de agosto cuando la sonda OSIRIS-REx entre en órbita del asteroide Bennu y comience a estudiarlo mientras se acerca a la Tierra. Lo que Moureau quiere decir es que para desviar un asteroide basta con la energía del Sol.
Las partículas que emite nuestra estrella son capaz de mover objetos hasta cierto punto. Obviamente la Tierra es demasiado masiva y está dotada de su propio escudo contra estas partículas, pero los asteroides no. Enviar al asteroide una sonda que manche la superficie de otro color más sensible a la luz puede ser más que suficiente para que el Sol desvié el asteroide los grados suficientes como para que pase de largo la Tierra.
Por supuesto este plan sería aplicable solo a asteroides cuya trayectoria ya conozcamos y que aún vayan a tardar mucho años en llegar. De momento no hay ninguno de estas características que vaya a chocar con la Tierra próximamente. Son mucho más peligrosos los asteroides pequeños que no logramos detectar a tiempo y tienen la suficiente masa como para atravesar la atmósfera. Para esos hará falta algo más que pintura.