Podríamos decir que la nueva versión de Teenage Mutant Ninja Turtles es una película descuidada y nos quedaríamos cortos. Después de verla nos queda un irrefrenable deseo de intentar sacar alguna conclusión que explique semejante despropósito, algún destello de la película que podría haber sido. Estas son todas las maneras en las que TMNT os va a decepcionar.
No se puede negar que Teenage Mutant Ninja Turtles tiene algunas ambiciones. El reparto no está mal. La idea de hacer a las tortugas ninja mediante captura de movimientos de una manera similar a cómo Andy Serkis ha interpretado al Hulk de Mark Ruffalo también es buena. El film trata de hacer digerible el origen de los personajes y, al mismo tiempo, mantener el tono desenfadado del cómic y la serie originales. El director Jonathan Liebesman es el responsable de Battle Los Ángeles que, como película de acción competente, no está mal.
¿Qué ha salido mal si los ingrediente no eran malos? A continuación os desgranamos las causas de este desastre con apenas unos spoilers mínimos.
Falla en reinventar el clásico del cómic y la serie
Cuando reinicias una serie muy querida como la de las tortugas ninja, tienes el difícil trabajo de contentar a los fans más radicales y, al mismo tiempo, ofrecer una estética que sea atractiva a los nuevos. Todo indica que este film va a decepcionar a ambos. Las tortugas son demasiado raras y la historia demasiado genérica.
La película pulsa todos los botones necesarios: pizza, ninjutsu, chistes de caparazones... pero se queda en la superficie y no ahonda en el núcleo de lo que hacía a las tortugas ninja originales tan entrañables, ese halo de rareza tontuna. Para rematar, las tortugas parecen especialmente avergonzadas de gritar "Cowabunga" y se disculpan continuamente antes de hacerlo. ¿...?
No es graciosa
Esta película tiene a Will Arnett de la serie Arrested Development. Si le hubieran dejado hacer a su aire, el resultado probablemente hubiera sido enorme. Es sorprendente cómo TMNT consigue que un buen comediante como él no tenga la más mínima gracia. Su relación con el personaje de Megan Fox no solo no tiene gracia, sino que llega a ser irritante.
Por si fuera poco, la película trata continuamente de hacer humor a partir del hecho de que todo el planteamiento es absurdo. Sí, son tortugas, y son mutantes, y también son ninjas, y se comportan como adolescentes, pero repetir eso demasiadas veces acaba matando el chiste.
No tiene encanto
En todas sus encarnaciones anteriores, y especialmente en la serie de TV, las tortugas ninja tienen un innegable y torpe encanto. Tanto ellas como nu maestro rata Splinter son personajes que, al final, resultan entrañables. Ese es el sentido de las pizzas, las frases pegadizas y todo lo demás.
En esta nueva versión, las tortugas ninja se han vaciado por completo de personalidad y hasta resultan un poco inquietantes. La tecnología de captura de movimientos es quizá demasiado perfecta, y los personajes han cruzado el límite para entrar de lleno en el valle inquietante. Sus caras son demasiado humanas como para que el espectador se sienta a gusto.
Solo hay una escena de Teenage Mutant Ninja Turtles que tiene alma. No es de extrañar que los productores la eligieran para promocionar el film (sobre estas líneas). Se trata de la escena en la que las tortugas hacen beatbox en el ascensor. El resto es una de las películas con menos alma que he visto.
La acción es prácticamente imposible de seguir
Liebesman utilizó mucho el recurso de agitar la cámara en Battle Los Ángeles, pero aquí no tiene ese lujo porque hay demasiados elementos generados por ordenador. Parece que el director no tuviera ni idea de cómo gestionar los 45 minutos de acción que forman la parte final de la película.
Hay muchos momentos en los que es muy difícil saber dónde está cada personaje en relación al resto y a los enemigos. El combate principal trata de aprovechar un par de trucos de cámara, pero el resultado general es un lío infumable. ¿Herencia de los Transformers de Michael Bay?
Para empeorar las cosas, hay un par de momentos (especialmente durante una persecución) en los que el material generado por ordenador destaca claramente sobre el fondo. Se diría que ningún productor vio el film y decidió invertir algo más de dinero en pulir eso.
El argumento es absurdo
No hace falta dar spoilers. El argumento de Teenage Mutant Ninja Turtles tiene ese tipo de agujeros tan evidentes que se van viendo sobre la marcha. No hace falta esperar a salir del cine para reparar en ellos. No es que el guión sea el plato fuerte de una película como esta, pero el que sea tan malo no ayuda en absoluto.
El personaje de April O'Neil, interpretado por Megan Fox, es especialmente incoherente. Parece como si hubieran intentado hacer una mezcla de dos de las versiones que aparecen en anteriores encarnaciones del personaje. Pese a los vanos intentos de hacer simpática a la señorira O'Neil, el personaje ya hace aguas desde el principio y para todo el film.
No hay sentido de lugar
Esto puede parecer un problema menor en una película, pero tiene narices que un film rodado en Nueva York y que, se supone, se desarrolla en la gran manzana, no sea capaz de generar una imagen espacial adecuada.
Los planos sobrevolando tejados que van entre escena de acción y escena de acción no ayudan mucho a posicionar nada, y el argumento se mueve entre la parte baja de Manhattan, una mansión en un lugar absolutamente irreconocible, y una entrada a las alcantarillas de la ciudad que está entre lo que parecen kilómetros de paisaje nevado. ¿...? La película no da la sensación de que ocurra en un lugar real de la manera en la que lo consiguió, por ejemplo, Christopher Nolan en la trilogía Batman.
Lo que es peor, la personalidad de Nueva York pasa completamente desapercibida, y eso es malo en una película cuyos protagonistas viven precisamente en Nueva York. Se supone que el clan Foot lleva aterrorizando la ciudad meses, y que April O'Neil trabaja en una cadena de televisión local, y nada de eso es creíble. Las películas de Spider-Man (tanto las de Raimi como las de Webb) hacen un trabajo mucho mejor a la hora de crear una ciudad que, con su estilo y habitantes, es un personaje más.
Concluyendo: es plana
Eso es lo peor de TMNT. No es que sea tan mala que es buena, o que sea recordable precisamente por ser terriblemente mala. Es que es tan plana que cae en el olvido prácticamente según sales del cine. No puedo evitar ver una oportunidad de entretenimiento terriblemente desaprovechada por una película que, al mismo tiempo, se esfuerza demasiado y no se esfuerza lo suficiente.
Si, pese a todo, queréis darle una oportunidad o criticarla con base, Teenage Mutant Ninja Turtles se estrena el 7 de agosto en México. A España no llegarán hasta el 26 de septiembre.
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