
Detrás de todas y cada una de las adaptaciones de los cómics de Marvel y DC hay equipos de creadores cuyas ideas sientan las bases para lo que luego se acaba convirtiendo en las películas y series de televisión tremendamente exitosas. Lamentablemente, eso no hace que estos creadores de cómics ganen ni de lejos lo que se merecen.
En general, se entiende que la mayoría de los creadores de estas dos grandes compañías y del resto de cómics convencionales son, por lo general, contratados para hacer “trabajos por encargo” sobre el que no poseen la propiedad intelectual. Sin embargo, últimamente más y más creadores han estado hablando públicamente sobre cómo es ver cómo sus ideas son capitalizadas por estos gigantes corporativos, para después que sus propios creadores reciban poco o nada de los beneficios generados por su trabajo. Aunque hay múltiples historias de creadores de cómics que han sido ignorados por completo por las compañías de cómics y los estudios cinematográficos a los que están asociados, un nuevo artículo de The Guardian describe con todo lujo de detalles cómo son las prácticas de compañías como Disney/Marvel y DC/Warner. Bros./AT&T con estos creadores.
Según las fuentes de The Guardian, el enfoque estándar de Marvel para compensar a los escritores o artistas cuando su trabajo aparece en una película de Marvel Studios es un cheque fijo de 5000 dólares junto con una invitación al estreno de la película. El escritor Ed Brubaker, que junto al artista Steve Epting, el colorista Frank D’Armata y el rotulista Randy Gentile, diseñó la serie de cómics del Capitán América que serviría de base para la película The Winter Soldier, había explicado con bastante franqueza que no había ingresado prácticamente nada por el salto del personaje al MCU y por su participación en múltiples películas y la aparición de su propia serie de televisión.
Brubaker también explicó que en realidad no le invitaron a los estrenos de Capitán América: The Winter Soldier, pero el verdadero problema con el método de Marvel para compensar a los creadores está en que el estudio supuestamente no se preocupa por que sientan su talento se sienta reconocido. Además de algún cheque puntuales y aloguna invitación a un estreno, Marvel también ofrece un “contrato de carácter especial” a ciertos creadores garantizando diferentes grados de remuneración en caso de que su obra sea adaptada. El problema es que, por regla general, estos contratos no se suelen ofrecen a los creadores, lo que significa que las personas tienen que solicitarlos y no hay garantía de que la empresa vaya a cumplir con ellos.
El artículo de The Guardian dice lo siguiente: “Para algunos creadores, el trabajo que hicieron hace décadas ahora les proporciona unos ingresos vitales justo cuando las películas han llevado a sus cómics a una mayor audiencia. Según su razonamiento, y las empresas parecen estar de acuerdo, es justo que les paguen más por ello. DC tiene un contrato interno estándar, que hemos podido ver en The Guardian, que garantiza los pagos a los creadores cuando se utilizan sus personajes. Los contratos de Marvel son similares, según dos fuentes con acceso a ellos, pero más difíciles de encontrar; algunos creadores de Marvel no sabían ni que existían”. Lo de cuánto pagan como remuneración es ya otro caso aparte.
De todas maneras, la forma en que estas grandes compañías compensan a los creadores por sus lucrativas adaptaciones, está creando un sistema tremendamente desigual, donde unos creadores cobran más que otros por su trabajo y donde algunos no reciben siquiera compensación alguna. Todo esto se debe a que las personas en posiciones de poder no establecen vías transparentes y bien definidas para que se pueda obtener este tipo de compensación. A diferencia de los actores, directores y demás, que tienen sindicatos que les ayudan a luchar por ciertos derechos, los creadores de cómics deben valerse por sí mismos, y en muchos casos no les queda otra manera que llamar la atención sobre los problemas a los que se enfrentan.
Los estudios cada vez profundizan más y más en sus catálogos en busca de material con el que crear nuevas películas y series que enamoren a los fans. Esperemos que las empresas no sigan con su comportamiento habitual y que metan también en la ecuación a los creadores de cómics. Se lo han ganado.