
Hace unos días salía una noticia en varios medios donde se apuntaba que el deshielo en el Everest podría estar propiciando la aparición de muchos cadáveres sepultados durante años por las laderas heladas. A los cadáveres hay que añadir un nuevo elemento: toneladas de caca humana.
Al parecer, y según un estudio de los científicos del Servicio de Parques Nacionales en Alaska, en el Parque Nacional Denali sus glaciares podrían albergar aproximadamente 66 toneladas de excrementos humanos, 66 toneladas que pueden resurgir del paisaje helado, en parte debido al cambio climático.
Cuentan los investigadores que esperan que el derretimiento de los glaciares, una consecuencia del calentamiento de la temperatura, pueda exponer cantidades fecales arrojadas durante años a la nieve tan pronto como este mismo verano. Según explicó a Motherboard Maureen Gualtieri, oficial de información pública del Parque Nacional Denali:
El enfoque principal de la política de gestión de desechos es el glaciar Kahiltna, ya que es el glaciar que ha visto la mayor concentración de escaladores. Y así, el histórico de la caca de los escaladores.

Se calcula que a Denali llegan aproximadamente más de 1.000 escaladores que hacen la caminata cada año. Tradicionalmente, los alpinistas hacen sus necesidades y embolsan el “material” para luego dejarlo en uno de dos lugares: o bien la cima del glaciar Kahiltna (hogar de una popular ruta de escalada), o bien en cualquier punto durante la subida o bajada.
De hecho, en 2007 el Servicio de Parques Nacionales prohibió a las personas arrojar caca en la superficie del glaciar en elevaciones por encima de los 4.300 metros (y todo lo que se encuentre debajo debe bajarse). En Denali, las autoridades creyeron que los residuos se enterrarían en la nieve en un año. Sin embargo, el glaciólogo Michael Loso del Servicio de Parques Nacionales ha explicado que, “se ha perdido más cobertura de glaciares en los parques nacionales de Alaska que el área en todo el estado de Rhode Island”.
Existen fotografías de archivo de los glaciares del parque de los últimos 50 a 80 años donde se muestra que muchos se han “retirado, adelgazado o estancado”. Un estudio publicado en JGR Atmospheres el año pasado encontró que los glaciares de la zona se están derritiendo a velocidades que no se habían visto en los últimos cuatro siglos, en gran parte debido al aumento de las temperaturas. Según Loso:

En un estudio de 2012 descubrimos que los desechos enterrados serán transportados por el flujo del glaciar hacia la zona de ablación donde se fundirá en la superficie del glaciar. También detectamos bacterias fecales indicadoras en el glaciar Kahiltna y aguas abajo.
El investigador sugiere que dichas bacterias pueden sobrevivir a las bajas temperaturas de congelación y las duras condiciones de Denali, lo que representa un riesgo para la salud de futuros escaladores.
Dicho de otra forma, si se confirman los estudios, este verano puede sumarse un nuevo peligro para los escaladores a los propios de la montaña. Toneladas de caca podrían emerger de las profundidades de los glaciares, excrementos humanos biológicamente activos, razón por la que la el E. coli que estaba en los residuos cuando se enterraron estaría viva y en buen estado.
Esperemos, de darse el caso, que el material todavía mantenga su olor característico y ahuyente a los valientes escaladores. [Motherboard, USAToday]