
Uno podría pensar, en base a las noticias recientes, que la vacuna de COVID-19 estará disponible pronto. Desafortunadamente, no es el caso. El consenso de los expertos es que pasarán de 12 a 18 meses antes de que una vacuna esté ampliamente disponible.
Entonces, ¿qué sabemos sobre una posible vacuna de COVID-19?
En primer lugar, desarrollar una vacuna lleva tiempo. Cualquier vacuna que pasa por seis etapas de prueba antes de ser aprobada. Estas etapas son la etapa exploratoria, la etapa preclínica, el desarrollo clínico, la revisión y aprobación reglamentaria, la fabricación y el control de calidad.
Vacuna en el ensayo de Fase I
Las noticias que hemos visto de un ensayo en humanos para una vacuna desarrollada por Moderna y otras vacunas desarrolladas por una variedad de compañías, como Johnson & Johnson o Inovio Pharmaceuticals, hacen que parezca la vacuna está a la vuelta de la esquina. No es así.
Las peruebas en humanos que acaban de comenzar son parte de un ensayo de Fase I, que forma parte de la etapa de desarrollo clínico. Los ensayos en humanos pasan por tres fases, durante las cuales la vacuna se prueba con más y más voluntarios.
En un ensayo de Fase I, un pequeño número de voluntarios sanos reciben una dosis de la vacuna y luego son monitorizados. Para el ensayo de Moderna, 45 voluntarios entre las edades de 18 y 55 recibirán dos dosis de la vacuna y serán monitorizados durante un período de seis semanas.
Si este ensayo de Fase I es exitoso, le seguirán los ensayos de Fase II y Fase III, en los que más personas, de un rango más amplio de edades, recibirán dosis de la vacuna y serán monitorizadas. Para los ensayos de Fase II, varios cientos de personas, que tienen edades y características similares a las personas para las que la vacuna está destinada, recibirán dosis de la vucuna y luego serán monitorizados para comprobar los efectos secundarios. Si esta fase es exitosa, un ensayo de Fase III incluirá un rango aún mayor de personas.
En cada fase, los participantes son monitorizados durante semanas, lo que significa que incluso en el mejor de los casos, pasarán meses antes de que finalicen los ensayos de la Fase III. Una vez que se haya identificado una vacuna segura y efectiva, tomará aún más tiempo producirla y distribuirla para que todos puedan estar protegidos.
Estas pruebas exhaustivas son esenciales, ya que es de vital importancia asegurarse de que una vacuna sea segura y efectiva. No queremos apresurar los ensayos solo para descubrir que una vacuna tiene efectos secundarios peligrosos o que no funciona, dando a las personas una falsa sensación de seguridad.
Múltiples vacunas en desarrollo
No hay garantías de que una vacuna que se esté probando sea efectiva y segura. Por esa razón, hay múltiples versiones de vacuna en desarrollo.
Esta primera vacuna que ingresó en los ensayos de Fase I es inusual, en el sentido de que utiliza ARN mensajero, que se usa como plantilla para producir proteínas. La mayoría de las vacunas funcionan mediante la introducción de una parte pequeña o inactiva del virus que enseña a tu sistema inmunitario cómo combatirlo, en caso de que una persona se exponga a él en el futuro.
En cambio, esta vacuna en particular introduce ARN mensajero que tu cuerpo usaría para producir proteínas que se parecen al virus, lo que a su vez le enseña a tu sistema inmunitario a combatir el virus. Cabe señalar que, hasta el momento, no existen vacunas ampliamente disponibles que funcionen con este mecanismo.
Si esta vacuna en particular no demuestra ser segura o efectiva, existen otras vacunas más convencionales también en desarrollo, aunque aún no han llegado a ensayos clínicos.
No tendremos una vacuna pronto; la esperanza es que con el tiempo tengamos una. Hasta entonces, debemos frenar la propagación tanto como sea posible.