Uno de los aspectos menos conocidos de las misiones Apolo es que los astronautas que llegaron a pisar la Luna perdían el equilibrio y se caían con una alarmante frecuencia. Durante las misiones Apolo 15 y 16, las caídas eran constantes. En la misión Apolo 17 de 1972, el astronauta Jack Schmitt tropieza a cámara lenta para deleite de Internet años más tarde.
Para Internet, las caídas de los astronautas son una fuente inagotable de GIFs y comentarios jocosos, pero la ciencia necesitaba una respuesta, y esa respuesta llegó desde Alemania.
Para averiguar la causa de las caídas, un equipo de investigadores de la Universidad de Londres sometió a 10 voluntarios (cinco hombres y cinco mujeres) a un peculiar experimento: resolver pruebas visuales tumbados en una centrifugadora. La prueba se llevó a cabo en el Short Arm Centrifuge Facility (SAHC) que la Agencia Espacial Europea tiene en Colonia, Alemania.
El estudio consistía en que los voluntarios respondieran a diferentes preguntas sobre percepción espacial mientras la centrifugadora simulaba diferentes niveles de gravedad en el organismo. El estudio demostró que el ser humano necesita al menos un 15% de la gravedad terrestre para poder percibir de manera correcta dónde es arriba y donde es abajo.
La Luna tiene solo un 17% de la gravedad terrestre. Es un margen muy estrecho que explica por qué a veces los astronautas eran incapaces de mantener el equilibrio pese a tener referencias visuales de arriba y abajo. Es un problema mayor de lo que parece, porque los astronautas sobre la superficie lunar no solo tienen riesgo de caerse más. También pueden equivocarse al accionar controles en ese entorno de gravedad.
Son malas noticias para una eventual base lunar, pero buenas para Marte. El planeta rojo sí tiene la gravedad suficiente como para evitar que los futuros colonos muerdan el polvo marciano constantemente. [vía Space]