Otros expertos apuntan que la acción tiene que ver menos con las patas y más con el suelo mismo. Cambiar su peso de una pata trasera a la otra pata trasera unas cuantas veces puede ayudarlos a verificar que la superficie sobre la que se encuentran es lo suficientemente firme para saltar. De esta forma, el movimiento de trasero les sirve como medio de verificación. Según explica la veterinaria Meghan E. Herron:

Parece que están preparando sus músculos para un gran movimiento mientras elaboran estrategias, con pequeños movimientos de sus pies y extremidades traseras, como hace un golfista cuando se prepara en un tee o cuando un bateador va a batear.

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Por último, es posible que el gato simplemente esté liberando algo de energía para asegurarse de que el salto termina siendo todo lo satisfactorio que esperan, logrando así la caza. [Mental Floss, Live Science]