
Sony compro Bungie el pasado lunes en otra adquisición colosal entre dos gigantes del mundo de los videojuegos. Aunque las ventajas de comprar un desarrollador de juegos triple A parecen bastante obvias, los detalles del acuerdo han llevado a cuestionar la estrategia de Sony en su intensa guerra contra Xbox.
Antes de intentar explicar la estrategia de Sony, hablemos de algunos de los detalles importantes que hemos conocido sobre la adquisición de Bungie y lo que sucederá una vez que se concrete el trato. Como ya sabemos, Sony pagará 3600 millones de dólares por hacerse con Bungie, el desarrollador de los shooter Destiny y los creadores de la franquicia Halo (que ahora está bajo el control de Microsoft).
A pesar de ser propiedad exclusiva de Sony, Bungie seguirá actuando como un estudio independiente en lo que respecta al desarrollo y publicación de sus juegos. Y en caso de que esta compra preocupe a los fans de Microsoft, han de saber que los juegos de Bungie, tanto actuales como futuros, prometen ser multiplataforma, lo que significa que Sony no forzará que sean exclusivos de sus consolas. Las expansiones, las funciones multiplataforma y los elementos del juego seguirán ofreciéndose por igual en Xbox y PlayStation. Y para terminar, hay que señalar que Bungie coexistirá con PlayStation Studio en vez de situarse junto a otras dos docenas de estudios que ya han quedado bajo su ala. En resumen, Bungie funcionará con toda normalidad solo que ahora pertenecerá a Sony.
Las comparaciones entre esta adquisición y la de Activision Blizzard por parte de Microsoft (68700 millones de dólares o, lo que es lo mismo, 19 Bungies) son inevitables, y han llevado a algunos a preguntarse si Sony estará aprovechando bien su nuevo activo. Al fin y al cabo, Microsoft acaba de comprar múltiples títulos triple-A de uno de los mayores desarrolladores de videojuegos que hay actualmente. Es probable que algunos de esos títulos se conviertan en exclusivos y que los otros al menos ayuden a reforzar el servicio de suscripción de Game Pass. Así que, ¿qué era lo que Sony esperaba ganar con la compra de un estudio que ha centrado todos sus esfuerzos recientes en un solo juego?
A corto plazo, Sony tendrá una base de jugadores más grande y un flujo constante de ingresos gracias a la compra de expansiones y de la moneda de Destiny que realizan muchos jugadores. Mantener esa base de jugadores implica mantenerlos juntos en vez de fracturar el grupo (que puedan formar equipos y competir juntos gracias al cross-play) volviendo el juego exclusivo. Microsoft hará lo mismo con Call of Duty, aunque no está claro si se trata de una decisión estratégica o si lo hace para cumplir con los acuerdos ya existentes.
También algunos creen que Sony podría utilizar Destiny como munición en caso de que se produzca una especie de Guerra Fría contra Microsoft, presionando así a su rival para que mantenga los juegos de Activision Blizzard como multiplataforma. Para mí esto se trata de una teoría poco probable dado que Microsoft ya posee los derechos de Halo. Además, Sony quedaría mal después de haber asegurado a los jugadores que mantendrá Destiny y los próximos lanzamientos de Bungie en Xbox.
Más allá de firmar un juego popular que podría ayudar a llenar parte del vacío de su catálogo, Sony está comprando un estudio con pedigrí, uno al que puede ayudar a expandirse y crecer para que lance más títulos de calidad. De hecho, el CEO de Bungie, Pete Parsons, escribió en un post que el cambio más inmediato será que Bungie podrá ahora contratar buenos talentos para su estudio más rápidamente. Si todo sale bien, Bungie seguirá los pasos de Naughty Dog e Insomniac Games y sus lanzamientos generarán enormes beneficios cada año.
“La experiencia de Bungie para dar un servicio de clase mundial y comprometerse con la comunidad a largo plazo es un argumento extremadamente convincente y servirá para respaldar el desarrollo de varios títulos futuros de PlayStation Studios”, escribió Jim Ryan, director ejecutivo de Sony Interactive Entertainment en el blog de PlayStation.
Mencioné los dos estudios anteriores porque están involucrados en otro elemento del acuerdo de Bungie que ha pasado desapercibido: el potencial de Sony para expandir Destiny más allá de sus juegos, que es algo que Bungie ya estaba planeando hacer antes de este anuncio.
Quizás te parezca pura especulación, pero no descartes que Destiny acabe desembocando dentro de poco en una serie o película. Bungie tampoco es algo que mantenga en secreto. El año pasado, el estudio publicó una lista de trabajos para un nuevo ejecutivo sénior que se encargaría de “impulsar proyectos que extiendan la franquicia Destiny a nuevas categorías como televisión, películas, libros, cómics y formatos de audio”.
Sony podría ser el socio ideal para ello. La compañía no solo ha mostrado su capacidad para apoyar a los estudios, sino que Sony Pictures, una división dentro del conglomerado japonés, tiene el conocimiento y los recursos para convertir Destiny en una franquicia gigante. Estamos a pocas semanas del lanzamiento de la película Uncharted, una adaptación de una de las sagas de videojuegos más exitosas de Sony. Y la franquicia postapocalíptica The Last of Us está camino de convertirse en una serie de televisión de HBO.
Ya sea por un irónico giro del destino o por lanzar un golpe al mentón de la competencia, el anuncio de Sony y Bungie se produjo un día después de que Paramount+ presentara el tráiler de la esperada serie de Halo, cuyo primer videojuego creó Bungie hace ya más de 20 años.