Había expectación por la sorpresa que Motorola había preparado para hoy. Y la compañía no solo ha acertado con una original campaña global, también ha dado en el clavo en lo que importaba: un nuevo Moto E 4G con Andorid Lollipop que aspira a convertirse en el móvil con la mejor relación calidad-precio del 2015.
Hemos estado probado el nuevo Moto E durante unas horas y las impresiones son realmente positivas. Tanto en el diseño como en la fluidez del móvil tratándose de un smartphone de gama baja. En el frente del diseño es curioso: el nuevo Moto E 4G es igual de grueso que el modelo de 2014 (12,3 mm), está también diseñado en plástico y, encima, es algo más grande (pasa de las 4,3 pulgadas a las 4,5). Aún así, la sensación de calidad y de detalles cuidados es bastante mayor: la forma y los bordes son mucho más redondeados y la cubierta trasera está diseñada en un plástico con textura de goma que hace que el smartphone tenga agarre y se adapte muy bien a la mano.
Y hay otro punto en el que Motorola ha acertado en diseño: personalización. Al nuevo Moto E, que viene en dos colores, blanco y negro, se le puede quitar la banda de plástico de alrededor, que alberga los botones de encendido y volumen, y sustituirla por bandas de hasta seis colores diferentes. Se venden aparte, por 19$/€, pero la idea es sencilla y funciona para introducir personalización sin subir mucho el precio final del terminal.
Así se ven un par de bandas de diferentes colores en el modelo blanco:
4G, procesador Qualcomm y doble memoria
Motorola ha mejorado prácticamente todas las especificaciones internas respecto al modelo del año pasado. La excepción más notable es la pantalla: sigue siendo la misma resolución qHD de 960 x 540 píxeles. Y la verdad, se nota bastante, especialmente si vienes de un móvil con un panel mejor. Poco más se puede hacer en ese nivel de precio, pero si Motorola hubiera mejorado el panel habría sido ya un serio aspirante a 10 sobre 10.
Además de la conectividad 4G, se nota también, aunque a mejor, la potencia del procesador Qualcomm 410 a 1.2 GHz. Junto a 1 GB de RAM (igual que el Moto E de 2014), la fluidez de Android Lollipop es casi perfecta para lo que se puede esperar de un móvil de estas características. Incluso con la cámara. La función de doble movimiento rápido de muñeca para encender la cámara cuando el móvil está apagado, por ejemplo, funciona sorprendentemente rápido. Apenas tardas un par de segundos en poder apuntar y disparar.
Motorola ha escuchado y solventado dos de los grandes inconvenientes del Moto E del año pasado: solo tenía 4 GB de almacenamiento y una cámara. El nuevo Moto E 4G sube a los 8 GB de almacenamiento base (expandible con microSD hasta los 32 GB) y añade cámara frontal (VGA). Lo malo: la cámara principal trasera, de 5 megapíxeles, sigue sin venir con flash. No, el aro que se ve alrededor del objetivo no es el flash al estilo del Moto X, es simplemente un aro metálico. ¿Cuánto cuesta añadir un flash, Moto? Una pena.
Una de las mejores opciones en gama baja
A falta de probarlo a fondo, sobre todo en el frente de la batería (2.390 mAh, una mejora sobre los 1980 mAh del Moto E del 2014), el nuevo Moto E aspira a convertirse en uno de los mejores móviles baratos del año. Por 129 €/149 $ es difícil encontrar un smartphone con especificaciones similares. La gama E de Sony o el Lumia 635 son dos buenas alternativas, pero no tan completas. Curiosamente, el mayor rival que puede tener el Moto E este año puede venir de Motorola, con el Moto G (3G) que se queda en los 169 €/$. Solo 40 de diferencia a cambio de un salto en bastantes frentes.
***
Psst! también puedes seguirnos en Twitter, Facebook o Google+ :)