
Llevamos toda la semana maravillados con las primeras imágenes a todo color del James Webb. Que si una nebulosa por aquí. Un exoplaneta por allá. El telescopio espacial nos ha regalado unas impresionantes instantáneas de algunos de los rincones más profundos de nuestro universo, pero hoy la NASA nos ha querido sorprender con algo diferente.
Lo primero de todo: no os dejéis engañar por las apariencias. Aunque estas instantáneas te puedan parecer una cosa mundana, sobre todo comparadas con las coloridas imágenes que hemos estado viendo estos días, nada más lejos de la realidad. Son una prueba de que el James Webb consigue capturar unos detalles sin precedentes que resultarán de especial utilidad a los astrónomos en los años venideros.
Las imágenes que ves arriba y abajo de este texto han sido realizadas sobre el planeta Júpiter para probar los instrumentos del telescopio y que además han sido “han sido procesadas para enfatizar ciertas características”, como explicaba la NASA en su cuenta de Twitter.
“Combinadas con las imágenes de campo profundo publicadas el otro día, estas imágenes de Júpiter demuestran lo que el Webb puede observar, desde las galaxias observables más débiles y distantes, hasta los planetas en nuestro propio patio trasero cósmico que se pueden ver a simple vista desde tu patio trasero real”, explicaba Bryan Holler, científico del Space Telescope Science Institute, que ayudó a planificar estas observaciones.

Ahora vayamos con las fotografías de Júpiter que ha capturado el James Webb. Gracias al filtro de longitud de onda corta de su instrumento NIRCam se pueden ver las distintas bandas que rodean el planeta. ¿Y ves el gigantesco punto brillante en la parte inferior? Se trata de su Gran Mancha Roja, un sistema de tormentas de 16.000 kilómetros de ancho que aun sigue siendo un misterio para los científicos. Ah, y por si no lo sabías, Júpiter también tiene un anillo, que hemos podido observar gracias al filtro de longitud de onda larga del NIRcam.
Una de las cosas que querían observar los científicos de la NASA era si el James Webb era capaz de observar los satélites o los anillos cercanos a objetos brillantes, como ocurre justo con Júpiter. Y vaya si ha sido capaz. Esto significa que el telescopio espacial será capaz de ver las columnas de material que salen de lunas como Europa o Encélado y estudiar su composición. “Creo que es una de las mejores cosas que podremos hacer con este telescopio en el sistema solar”, afirmaba Stefanie Milam, científica adjunta del proyecto de ciencia planetaria del Webb del Centro Espacial Goddard de la NASA.

“Las imágenes de Júpiter en los filtros de banda estrecha se diseñaron para proporcionar buenas imágenes de todo el disco del planeta, pero la gran cantidad de información adicional sobre objetos muy débiles (Metis, Tebas, el anillo principal, neblinas) en esas imágenes con exposiciones de aproximadamente un minuto, fueron absolutamente una sorpresa”, dijo John Stansberry, científico del observatorio y líder de puesta en marcha del NIRCam en el Space Telescope Science Institute.
¿Aun no te has quedado impresionado con lo que es capaz de hacer el James Webb? Pues no te pierdas la prueba que realizó la NASA para ver qué tal se las apaña el telescopio para encontrar y rastrear un objeto en el espacio. Los ingenieros de la misión descubrieron que el James Webb es capaz de rastrear objetos —como el asteroide 6481 Tenzing que tienes ahí abajo— que se mueven a una velocidad de hasta 67 milisegundos de arco por segundo. Esto, para que nos entendamos, es como si tratases de fotografiar a una tortuga en movimiento a más de un kilómetro y medio de distancia.
Es cierto que se nos ha hecho larga la espera, pero los resultados que está dejando el James Webb están superando todas nuestras expectativas.