Tesla ha pasado página. En agosto, Elon Musk tuiteó que estaba considerando privatizar la empresa y que el dinero de la operación estaría asegurado por el fondo soberano de Arabia Saudí. Los saudíes lo negaron y los comisarios de la bolsa de Estados Unidos decidieron multar al empresario con 20 millones de dólares. Pero la cosa no quedó ahí. Musk fue forzado a dejar la presidencia de Tesla, y Tesla le ha estado buscando un sustituto desde entonces. Ahora sabemos que esa persona no será un hombre, sino una mujer: la australiana Robyn Denholm.
Denholm es una experta en finanzas que ejerce de CFO y jefa de estrategia de la empresa de telecomunicaciones más grande de Australia, que casualmente se llama Telstra. La australiana ya era miembro de la junta directiva de Tesla, donde supervisaba el comité de auditoría, pero ahora ha decidido dejar su trabajo actual para ejercer a tiempo completo como presidenta de la junta (y jefa del hasta ahora todopoderoso Elon Musk).
Denholm inició su trayectoria en Toyota Australia y dio el salto a Silicon Valley, donde supervisó las finanzas, las operaciones y la planificación estratégica de empresas tecnológicas como Sun Microsystems y Juniper Networks, donde se le atribuye el liderazgo de un equipo que multiplicó los ingresos y transformó toda la corporación en un periodo de nueve años.
“Creo en esta compañía, creo en su misión y espero poder ayudar a Elon y al equipo de Tesla a lograr una rentabilidad sostenible e impulsar el valor de los accionistas a largo plazo”, dijo la presidenta en un comunicado.
“Robyn tiene una amplia experiencia en las industrias tecnológica y automotriz, y en los últimos cuatro años ha hecho importantes contribuciones como miembro de la junta de Tesla para ayudarnos a convertirnos en una empresa rentable”, añadió Elon. “Espero trabajar aún más estrechamente con Robyn a medida que continuamos acelerando el advenimiento de la energía sostenible”.
El nombramiento de Robyn Denholm como presidenta de la junta de Tesla tiene efecto inmediato, pero por contrato debe seguir al frente de las finanzas de Telstra durante seis meses. Si le preguntas a Musk qué piensa de haber perdido su antiguo puesto por un tuit, te dirá que valió la pena.