Si hace mucho que no has visto Waterworld, quizá es hora de que la veas otra vez para tener un atisbo del futuro que nos espera en otros planetas. Un nuevo estudio basado en los exoplanetas que conocemos asegura que, si encontramos uno habitable, seguramente esté cubierto de agua.
Esa es la conclusión a la que llega el astrónomo Fergus Simpson en un estudio recién publicado en la revista The Monthly Notices of the Royal Astronomical Society . Su hipótesis se basa en la observación de los planetas de nuestro propio Sistema Solar, en exoplanetas que ya conocemos y en cómo se forman.
Tras ejecutar todos estos datos en una simulación, su conclusión es que lo más probable es que si encontramos un planeta en zona habitable y con océanos de agua líquida, estas masas de agua cubran completamente la superficie o lo hagan en un porcentaje de hasta el 90%, dejando poca tierra firme sobre la que asentarnos. En realidad no hace falta tanta agua para cubrir todo un planeta. Esta imagen de la Tierra creada por el Servicio Geológico de los Estados Unidos lo expresa muy bien.
En este sentido, la Tierra es una vez más un caso único, porque aunque está cubierta de agua en un 70%, tiene la bastante cantidad de tierra firme como para haber permitido el desarrollo de una civilización: la nuestra. Ello ha sido posible gracias a que la actividad geológica ha labrado enormes huecos en los que el agua se ha asentado.
Simpson explica que, en el hipotético caso de un planeta rocoso más grande con la misma proporción de agua que la Tierra, esa cubriría por completo la superficie. La razón esta en la propia gravedad de un planeta de ese tipo, que impediría la formación de accidentes geográficos lo bastante vastos como para repartir el agua y dejar tierra seca.
El investigador no ha entrado en una cuestión de la procedencia del agua. En general, y hasta donde llegan nuestras observaciones, es más fácil encontrar agua en planetas exteriores de un sistema solar (más allá de la zona habitable y por tanto con el agua congelada, como en Europa) que en planetas interiores. El origen del agua en el espacio, sin embargo, no invalida la teoría de Simpson.
Aún queda mucho por averiguar para dar por buena la hipótesis de Simpson. La buena noticia es que pronto será más sencillo comprobarlo. En cuanto tengamos activos instrumentos como el telescopio espacial James Webb podremos establecer mediciones de la atmósfera de un planeta y así saber si tiene agua o no. [vía Monthly Notices of the Royal Astronomical Society]