
No ha vuelto a haber un caso tan mediático como el de Beeple, que vendió un collage en JPG por 69,3 millones de dólares, pero los NFT siguen moviendo cantidades ingentes de dinero. O mejor dicho, su equivalente en criptomonedas.
Lo último en el mundillo de los NFT (arte digital que se subasta asociado a un token criptográfico único) son las piedras. Hay una especie de fiebre del oro por comprar unos dibujos de piedras de diferentes colores llamados EtherRocks.
Según Fortune, los precios de las piedras se duplicaron durante el fin de semana y volvieron a duplicarse el lunes. Este miércoles ha habido alguna que se ha vendido por 78 Ether, más de 250.000 dólares al cambio. De hecho, existe una cuenta de Twitter llamada EtherRockPrice que sigue el precio de las piedras como si fuera el mercado de futuros, y dice que el precio base actual son 79 Ether, con una piedra (la ID 10) que ya ha alcanzado 99 Ether.
¿Quién demonios está dispuesto a pagar 99 Ether, es decir, 319.685,85 dólares, por el dibujo de una piedra? Probablemente alguien que se hizo millonario de la noche a la mañana invirtiendo a tiempo en Ethereum. Si esto me provoca algún sentimiento es envidia. Ojalá me sobrara tanto dinero para comprar una piedra.
El tema es que las EtherRocks existen desde 2017. Se crearon casi al mismo tiempo que los CryptoPunks, uno de los primeros proyectos NFT en la cadena de bloques de Ethereum. Son 100 en total, y algunas han perdido valor en lugar de revalorizarse al alza. Pero está visto que el proyecto ha funcionado. De hecho, las piedras tienen más valor que los CryptoPunks, de los cuales hay miles.
¿Para qué sirve una EtherRock? Según su sitio web oficial: “NO TIENEN PROPÓSITO más allá de poder ser compradas y vendidas, y sentirte orgulloso de ser el propietario de una de las únicas 100 piedras en el juego”. Y sí, los creadores de EtherRock llaman a esto un juego, aunque mueva millones.