La fuga de gas de Los Ángeles, considerada por los ambientalistas como el mayor desastre natural desde el vertido de BP, está cerrada. Se calcula que, desde octubre, se liberaron más de 96.000 toneladas de metano en la atmósfera. El gobierno de California había declarado el estado de emergencia en enero.
El depósito de gas natural donde se originó la fuga es el segundo de mayor tamaño en los Estados Unidos. Se construyó en 1953 aprovechando las instalaciones de un antiguo campo petrolífero abandonado, en Aliso Canyon. SolCalGas, la compañía gestora, ha conseguido parar la fuga perforando un pozo de alivio para interceptar el metano a 2,5 kilómetros de profundidad.
El 11 de febrero completaron el proceso inyectando cemento y fluidos pesados en el suelo para sellar la brecha. Este jueves, las autoridades de California han confirmado que el depósito ya no libera metano. La catástrofe ha servido para poner en evidencia la falta de una regulación federal que fortalezca los estándares de la industria (hay 400 pozos de gas natural en Estados Unidos).
En diciembre se evacuó el barrio vecino de Porter Ranch, una comunidad rica del noroeste de Los Ángeles. Se quejaban del fuerte olor y sufríand dolores de cabeza, mareos y náuseas (efectos temporales provocados por el odorante que se añade al metano). SolCalGas proporcionó nuevos hogares a 4.400 familias. 1.800 ya están de vuelta en sus casas, los demás tienen una semana para volver.
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