Sabíamos desde hace un tiempo que el último almuerzo del ser humano que murió en los Alpes hace 5.300 años fue algo muy parecido al bacon. Ahora también sabemos cómo fueron las últimas y angustiosas horas de Ötzi, el Hombre de Similaun cuyos restos quedaron congelados en las nieves de los Alpes italianos.
Resulta que este hombre prehistórico que se momificó en un glaciar de la montaña estaba en una situación desesperada hacia el final de su vida, sobre todo después de haberse quedado sin suministros de herramientas esenciales.
Como decíamos, Ötzi, conocido como el Hombre de Hielo, fue descubierto en 1991 en los Alpes, cerca de la frontera entre Austria e Italia. Sabíamos que vivió hace unos 5.300 años, durante la Edad del Cobre. Desde su descubrimiento, se ha ido revelando una gran cantidad de información sobre su vida, como el hecho de que murió después de recibir un disparo con una flecha, cuya punta se encontró incrustada en su hombro.
Ahora, y a través del trabajo de Ursula Wierer, arqueóloga de Florencia, y sus colegas, se ha observado de cerca las herramientas de piedra que llevaba Ötzi. Cuando lo encontraron contaba con seis hasta herramientas, todas hechas de sílex, una roca que a menudo se usa para fabricar herramientas prehistóricas. Según Wierer, parece que Ötzi las había cuidado muy bien en el pasado:
El Hombre de Hielo las había reafilado en una reparación cuidadosa y repetida de sus herramientas y armas de trabajo.
Sin embargo, los investigadores encontraron que todas las herramientas estaban prácticamente inutilizables por el paso del tiempo, “la mayoría de las herramientas, aunque todavía funcionaban, habían llegado a su última fase de uso”, cuenta Wierer. Eran “muy pequeñas, sin posibilidad de volver a afilarlas”.
Esto implica que Ötzi estaba en una “situación crítica durante sus últimos días”, explica Wierer. “Aparentemente no tenía la posibilidad de obtener un kit de herramientas nuevo y hacer nuevas puntas de flecha”.
Los arqueólogos encontraron que las tres zonas donde posiblemente Ötzi podría conseguir nuevas herramientas estaban demasiado lejos, además, posiblemente se había perdido o desconectado de esta zona.
Al analizar el polen contenido en los alimentos consumidos por Ötzi, junto con otras pruebas anteriores, Wierer y sus colegas pudieron reconstruir su itinerario horas antes de morir. Aproximadamente 33 horas antes de su muerte, el Hombre de Hielo estaba en las montañas a una altura de 2.500 metros sobre el nivel del mar.
Desde allí, hizo un descenso a lo largo de la ladera sur de la cresta alpina, llegando a un lugar donde pasó un tiempo antes de hacer otro ascenso por las montañas. Subió a una altura de 3.000 metros de cuatro a cinco horas antes de su muerte. Ötzi logró comer tres veces durante este período de 33 horas, incluida una comida final unas dos horas antes de ser asesinado.
Por último, el equipo también encontró que por la forma de las herramientas, Ötzi era probablemente diestro. Ocurre que la herida de flecha encontrada estaba en el hombro derecho, un ataque que se dio pocas horas antes de morir.
Todo ello en conjunto hace indicar que “el trabajo manual para reparar y terminar su equipo de supervivencia debía haber sido muy difícil, si no imposible”. Por tanto, “el último conflicto condujo a la muerte de Ötzi”, concluye Wierer. [[PLoS One vía Gizmodo]