
60 satélites perfectamente apilados partirán hacia el espacio el próximo martes. Son los satélites de prueba de una gigantesca constelación que pretende ofrecer internet de banda ancha desde la órbita baja terrestre.
Starlink es una de las ideas más ambiciosas de SpaceX, la compañía aeroespacial dirigida por Elon Musk. Con Starlink, SpaceX pasa de lanzar satélites a diseñarlos, operar con ellos y comercializar sus servicios.
Los primeros dos prototipos de Starlink, apodados Tintin A y B, fueron lanzados en febrero de 2018 como carga secundaria de un Falcon 9:
Ahora SpaceX lanzará otros 60 satélites como carga principal de un nuevo cohete. 60 porque no cabe ni uno más, como demuestra la imagen que ha publicado Elon junto a la foto del Tesla Roadster que viajó al espacio, como referencia del descomunal tamaño que tiene la cofia de un Falcon:
60 es un número grande, pero no es un récord. La propia SpaceX lanzó 64 satélites el año pasado. Lo llamativo es la forma de los satélites y cómo han sido apilados (no está claro cómo se van a desplegar en el espacio tras el lanzamiento, pero Musk dice que no hay ningún mecanismo dispensador).
Elon también ha revelado que este es el diseño final de los satélites, a diferencia de los Tintin. Según el CEO de SpaceX, hay muchas cosas que “probablemente saldrán mal” en esta primera misión. Y harán falta seis lanzamientos más para lograr una pequeña cobertura de internet.
Un seguidor le ha recordado que 60 satélites por siete lanzamientos son 420 satélites. Musk ha contestado que el 420 “podría no ser su número de la suerte” (el año pasado, los reguladores estadounidenses demandaron a Elon por tuitear que estaba considerando privatizar Tesla cuando la acción llegase a $420; como resultado de este tuit, Musk fue destituido como presidente de la junta, obligado a pagar una multa millonaria y forzado a que sus abogados aprobaran en adelante sus tuits sobre el futuro de Tesla).
Con suerte o sin ella, será la primera vez que se intente una cosa así. La fase inicial de Starlink costará 10.000 millones de dólares y desplegará un total de 4425 satélites en 83 planos orbitales. Hoy en día existen 2000 satélites activos, por lo que SpaceX está proponiendo triplicar la actividad humana en el espacio en los próximos cinco años. Y esa es solo la fase inicial. Con el tiempo pretenden crear un enjambre de 12.000 satélites que dé cobertura de bajo coste incluso a zonas rurales sin internet terrestre de banda ancha.
Cualquier operadora de internet diría que la idea es una locura, pero a SpaceX los lanzamientos espaciales le salen a coste, y el coste de un lanzamiento de SpaceX es cada vez menor gracias a que los propulsores Block 5 se pueden reutilizar varias veces y la cofia del cohete ha aprendido a posarse suavemente en el mar (solo les falta recuperar la segunda etapa).
De la tecnología de los satélites en sí no se sabe mucho, pero SpaceX dice que orbitarán la Tierra a una altura relativamente baja de 550 km, lo que permitirá una latencia de entre 25 y 35 ms (a diferencia de los 600 ms que ofrece un satélite de internet convencional en órbita geoestacionaria). Según Musk, el sistema usará un protocolo P2P más simple que IPv6.
Internet satelital rápido y asequible. Si suena a ciencia ficción, quizá esto haga cambiarte de parecer: Amazon anunció en abril su propia alternativa a Starlink, un proyecto llamado Kuiper que contará con 3200 satélites en la órbita baja terrestre; unos meses antes, OneWeb, una compañía británica que quiere lanzar 650 satélites para dar servicio de internet, lanzó los primeros seis satélites de su constelación. El futuro es fascinante, siempre que a alguien se le ocurra cómo solucionar el tema de la basura espacial.
Si hay luz verde, este martes seguiremos el lanzamiento en directo.