El primer vuelo del SN15 (suponemos que habrá un segundo vuelo, si el cohete se encuentra en buen estado) ocurre días después de que la NASA eligiera la Starship como vehículo para aterrizar en la Luna con los primeros astronautas de las misiones Artemisa. El contrato, que incluye un vuelo de prueba sin tripulación y otro tripulado entre la estación lunar Gateway y la superficie de la Luna, se encuentra actualmente en suspensión por las quejas que Blue Origin y Dynetics, competidores de SpaceX, presentaron en la Oficina de Responsabilidad del Gobierno de Estados Unidos tras la decisión de la NASA.

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SpaceX concibió la Starship como un vehículo completamente reutilizable para vuelos suborbitales de un punto a otro de la Tierra y vuelos al espacio profundo con una etapa Super Heavy. Elon Musk quiere construir miles de Starships para volver a la Luna y levantar, en última instancia, una base permanente en Marte.

La tercera generación de prototipos de la Starship, que comienza con el SN15, presenta “cientos de mejoras de diseño en todas las estructuras de software de vuelo, aviónica y motores Raptor”, según Musk. Pero no será hasta los prototipos SN20 que la Starship alcance la órbita terrestre, y esos modelos “probablemente necesiten muchos intentos de vuelo para sobrevivir al calentamiento de la entrada a Mach 25 y aterrizar intactos”, explicó el fundador de SpaceX.