El próximo telescopio espacial más potente del mundo, el James Webb, sucesor del Hubble, está en plena fase de construcción en la NASA. Una de sus piezas clave y más delicada será un gran espejo de 6,5 metros de diámetro compuesto por piezas más pequeñas. Para limpiarlas los científicos utilizan un curioso método: hielo seco.
En la foto de arriba, publicada hoy por la NASA, ingenieros responsables del James Webb prueban uno de sus espejos. Disparando hielo seco, o nieve carbónica (básicamente, dióxido de carbono en estado sólido), pueden limpiar la superficie sin tocarla siquiera y sin arriesgarse a dañarla. Los finos cristales de hielo eliminan partículas contaminantes y otras moléculas. Es una técnica que se utiliza tanto en la fase de pruebas del material, como en la fase final de ensamblaje del telescopio. Aquí puedes ver más imágenes sobre su enorme espejo. El James Webb, si todo marcha bien, se lanzará al espacio en el 2018. [vía NASA]
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