
El 16 de abril de 1945, bombarderos de la Real Fuerza Aérea Británica atacaron el puerto de Swinoujscie, en Polonia. Su objetivo era el crucero alemán Lützow. Para hundir el navío, los británicos recurrieron a un tipo de bomba de gran tamaño llamado Tall Boy. Explotaron todas menos una.
La última de las 12 bombas usadas en esa operación acaba de explotar esta semana. La Tall Boy no es una bomba convencional. Para empezar es enorme, y para continuar su cubierta es especialmente dura porque estaba pensada para perforar el terreno y dañar estructuras subterráneas mediante sus ondas de choque comparables a las de un terremoto. Podía abrir cráteres de hasta 24 metros de profundidad y 30 de ancho, y era capaz de atravesar caparazones de hormigón de hasta cinco metros.

El artefacto estaba enterrado en el lodo, a 12 metros de profundidad, frente al puerto de la ciudad. Se descubrió el año pasado durante un proceso de dragado y hasta esta semana ha estado marcado con una boya para que los barcos evitaran su posición mientras las autoridades determinaban cómo lidiar con el problema.
En un principio se barajó la idea de hacerla detonar, pero se temía que la onda expansiva bajo el agua pudiera dañar los cimientos de un puente a 500 metros del artefacto. La Tall Boy está cargada con 2,4 toneladas de explosivos que equivalen a 3,5 toneladas de TNT. En su lugar se optó por una técnica llamada deflagración que consistía en hacer que el explosivo del interior ardiera de manera controlada perforando un agujero en el casco de la bomba mediante un robot y obligando al explosivo a entrar en combustión.
La técnica, sin embargo, acabó por detonar la bomba de manera convencional. La brutal explosión puede verse en este vídeo. Por fortuna, no ha habido que lamentar heridos porque antes del procedimiento se evacuó una zona de 2,5 kilómetros alrededor del artefacto que obligó a desalojar temporalmente a 750 personas que trabajan y viven en las inmediaciones. Finalmente, y según los informes preliminares, la explosión tampoco ha dañado el puente como se temía, así que todo ha quedado en un espectacular penacho de agua. [The Guardian y Science Alert]