Las etiquetas para marcar el país de origen donde se realizó un producto es una práctica que ha durado mucho más de lo que se creía. Una etiqueta grabada al estilo “hecho en Chino” en una pieza de cerámica del siglo XII ha ayudado a fechar con precisión el misterioso de un naufragio de hace 800 años.
Descubierto en la década de los 80 por un pescador en el mar de Java, frente a la costa de Indonesia, dicho naufragio ha sido objeto de varios estudios desde entonces. Los arqueólogos pensaron al principio que el barco zarpó en el siglo XIII, pero los nuevos hallazgos delatan que estaban equivocados.
Al analizar estas cerámicas y el resto de los productos a bordo, incluyendo unos colmillos de elefante para uso en medicina y arte, y resina con un olor dulce para producir incienso y sellar cubiertas de barcos, ahora los investigadores tienen una idea más clara sobre cómo encaja el recipiente hundido con la imagen más amplia de la rica historia de China. Según Lisa Niziolek, del Field Museum en Chicago y uno de los miembros del equipo de investigadores:
Las investigaciones iniciales en la década de 1990 datan del naufragio de mediados a fines del siglo XIII, pero hemos encontrado una evidencia de que es probablemente un siglo más antiguo que eso.
Hace ochocientos años, alguien puso una etiqueta en estas cerámicas que básicamente dice ‘Hecho en China’, y debido al lugar particular mencionado, podemos descifrar con mayor exactitud sobre este naufragio.
Si bien la inscripción no dice literalmente “Hecho en China”, la intención original fue la misma: marcar la cerámica con su lugar de origen. La etiqueta indica que las ollas fueron hechas en Jianning Fu, en la provincia de Fujian de China. El lugar pasó a llamarse Jianning Lu después de una invasión mongola que data de alrededor de 1278. Eso significa que el naufragio pudo haber ocurrido antes que eso, incluso tal vez en 1162, según otras pruebas realizadas.
Para los investigadores, es poco probable que las cerámicas como esta hayan estado almacenadas durante mucho tiempo, por lo que algo que lleva el antiguo nombre del sitio habría sido enviado a la venta poco después de ser fabricadas.
Además, el equipo también analizó otros hallazgos de cerámica de la misma época, y consultó con una variedad de expertos para tratar de determinar cuándo podría haber zarpado el barco. Las técnicas de datación por carbono se pueden aplicar a los colmillos y la resina que se encontraban a bordo del barco, y estas se usaron inicialmente para identificar el barco con una antigüedad de entre 700 y 750 años. Según Niziolek:
Partiendo de ese análisis, mejoramos en la datación por carbono, que es parte del motivo de la reevaluación. Una nueva prueba de aceleración de espectrometría de masas (AMS), junto con las inscripciones en la cerámica que ya hemos mencionado, sugiere que el naufragio tiene alrededor de 800 años.
El resultado no es poca cosa, ya que marca una gran diferencia para los arqueólogos: el accidente indica un momento en que los comerciantes chinos comenzaron a ser más activos en las rutas de comercio marítimo mundial, pasando de transportar mercancías a lo largo de la Ruta de la Seda a confiar más en el envío. Anclar esa fecha es importante para obtener una línea de tiempo precisa para este período de transición.
Como explica el equipo, supone otro ejemplo brillante de cómo los naufragios de cualquier tipo pueden ser útiles para los historiadores, ya sea para descubrir los hábitos de lectura de los piratas o la forma en que se vistió la realeza del siglo XVII, “es genial que podamos utilizar nuevas tecnologías para volver a examinar materiales realmente antiguos. Estas colecciones tienen muchas historias que contar. En este caso, una etiqueta ha descifrado el misterio de un naufragio”. [Journal of Archaeological Science: Reports vía ScienceAlert]