El ketchup es una salsa traicionera. Por más que sabemos que hay que agitar bien la botella antes de servirlo, siempre se nos olvida. Si el envase lleva tiempo inmóvil, ese descuido se traduce en bañar la hamburguesa con una desagradable agua rosada. Nunca más. Dos estudiantes de instituto han encontrado la solución para un ketchup siempre espeso y apetecible.
Tyler Richards y Jonathan Thompson dieron con la idea para su tapón tratando de responder a la pregunta ¿Qué te molesta? La cuestión se planteó en un ejercicio del programa nacional Lead the Way para desarrollar el espíritu de innovación entre los alumnos de Instituto. En este caso el centro era el North Liberty de Kansas, en Estados Unidos.
La pareja comenzó por estudiar las actuales patentes en envases de ketchup. Al no encontrar ninguna que solucionara realmente el problema, se pusieron manos a la obra. Tras unos 60 conceptos tentativos, comenzaron a diseñar e imprimir diferentes tapones con la ayuda de una impresora 3D. El modelo ganador es un dosificador que integra una especie de seta invertida en su parte inferior.
El mecanismo es sencillo, y está basado en el mismo principio que la Copa de Pitágoras. En esencia, lo que hace este tapón es canalizar la salsa de manera que la porción de líquido que se ha separado del resto del ketchup queda atrapada contra el tapón antes de que pueda salir de la botella. Sencillo, pero muy ingenioso. Richards y Thompson reconocen que han desarrollado el prototipo casi por diversión, pero están gestionando ya la patente, porque el buen humor nunca fue incompatible con los negocios. [KCPT vía Cnet]