
Un cohete Arianespace Vega que transportaba dos satélites, entre ellos el satélite español SEOSAT-Ingenio, no pudo alcanzar la órbita planeada ayer después de experimentar un fallo catastrófico a ocho minutos del lanzamiento. Las autoridades atribuyen la pérdida del cohete a una “serie de errores humanos”.
El vuelo Vega VV17 empezó con buen pie. El cohete de 30metros de altura despegó desde el Centro Espacial de Guayana a las 8:52 pm ET. Las primeras tres etapas, impulsadas por combustible sólido, hicieron su trabajo, elevando el vehículo y su carga sobre el océano Atlántico hacia el espacio. Fue cuando la etapa superior de combustible líquido se puso en marcha cuando las cosas se desviaron.
Según la compañía de lanzamiento de satélites Arianespace, el problema comenzó alrededor de los ocho minutos de la misión. En ese punto, la etapa superior, llamada AVUM (Módulo Superior Vernier y de Actitud), se desprendió correctamente y se encendió, en lo que se suponía que era el primero de cuatro encendidos consecutivos de sus cohetes. Sin embargo, inmediatamente después del primer encendido, AVUM se desvió del rumbo y nunca se recuperó. La etapa superior y su cargamento, el satélite español de observación SEOSAT-Ingenio y el satélite francés de observación atmosférica TARANIS, se hundieron en un área deshabitada, según un comunicado de Arianespace.
“Esta noche durante la misión Vega VV17 se ha producido una anomalía que provocó un desvío de trayectoria que conllevó la pérdida de la misión”, explicó Avio, contratista principal del cohete Vega, en un breve comunicado.
El error de lanzamiento, el segundo para Arianespace en sus últimos tres intentos, representa una pérdida de 400 millones de dólares, informa SpaceflightNow.
Durante una conferencia de prensa, el director técnico de Arianespace, Roland Lagier, dijo que la etapa superior entró en una caída irrecuperable durante la combustión del motor principal, lo que hizo que se saliera de su curso. Agregó que los datos de telemetría de la misión, y también las notas de producción de la fábrica, indicaban una causa probable de la anomalía del vuelo. Parece que los cables conectados a un par de actuadores de control de vector de empuje estaban invertidos.
Debido a que estos dos cables se instalaron al revés, los comandos destinados a un actuador se transmitieron al otro, lo que resultó en un volteo. Como señaló Arianespace en su declaración, “un problema relacionado con la integración del sistema de activación de boquillas AVUM de cuarta etapa es la causa más probable de la pérdida de control del lanzador”.
“Este fue claramente un problema de producción y de calidad, una serie de errores humanos, y no de diseño”, dijo Lagier.
Arianespace seguirá investigando el incidente con la ayuda de la Agencia Espacial Europea, como explicó la compañía en su comunicado:
De acuerdo con los protocolos estándar, Arianespace y la Agencia Espacial Europea (ESA) establecerán una Comisión de Investigación independiente presidida conjuntamente por Daniel Neuenschwander, Director de Transporte Espacial de la ESA, y Stéphane Israël, Director Ejecutivo de Arianespace, el 18 de noviembre. La Comisión proporcionará pruebas detalladas para explicar por qué no se tomaron medidas para identificar y corregir el error de integración. La Comisión formulará una hoja de ruta para el regreso del Vega al vuelo en condiciones de total confiabilidad. Arianespace y la ESA presentarán conjuntamente las conclusiones de esta comisión.
Arianespace dijo que los lanzamientos futuros, incluidos tres programados para finales de este año, no deberían verse afectados por este último revés. En la conferencia de prensa, Stéphane Israël, director ejecutivo de Arianespace, dijo que el accidente de ayer no está relacionado con el fallido lanzamiento de Vega del 10 de julio de 2019, en el que se perdió un satélite de observacón perteneciente a los Emiratos Árabes Unidos. Arianespace atribuyó ese incidente a un problema estructural con la segunda etapa de Vega, que desde entonces se ha resuelto.
Los incidentes relacionados con el espacio y los errores humanos son raros, pero ocurren. Algunos ejemplos notorios incluyen la pérdida del Mars Climate Orbiter de la NASA en 1999 debido a que el equipo de ingeniería no convirtió las medidas imperiales al sistema métrico y una fuga de aire reciente en la Estación Espacial Internacional atribuida a mano de obra deficiente (o sabotaje).