Un equipo de científicos liderado por la Universidad de Queensland ha descubierto que la serpiente arbórea marrón (Boiga irregularis) ha estado destruyendo la población de aves nativas de la isla de Guam. Para llegar hasta la isla del Pacífico hizo “autostop” en los aviones.
Lo bueno: que no se trata de aviones comerciales. Según un estudio publicado en el Journal of Molecular Evolution, saltaron en aviones de transporte militar en algún lugar de Australia durante la Segunda Guerra Mundial. Tal y como explica el profesor Bryan Fry de la Facultad de Ciencias Biológicas de la UQ:
La serpiente hizo autostop en los transportes de tropas de la región australiana y desde entonces ha llevado a la extinción a múltiples especies de aves nativas, con solo tres especies ahora en la isla. Las serpientes pueden entrar al avión ya sea deslizándose por el tren de aterrizaje o siendo transportadas dentro de la carga en la que se han metido. Una vez dentro, están protegidas de los elementos.
Los patrones de viaje de la serpiente se han publicado en el estudio del Journal of Molecular Evolution. El veneno es relativamente inofensivo para los humanos, pero 100 veces más tóxico para las aves. El estudio, al rastrear la existencia del veneno, concluyó que la propagación “explosiva” se debió a la capacidad de la serpiente de esconderse en aviones militares de la Segunda Guerra Mundial en Australia. Según Fry:
El impacto de las serpientes fue tan devastador que ahora se encuentra entre las peores plagas de todos los tiempos. Durante los últimos 80 años más o menos, para la serpiente marrón esta ventaja biológica se ha visto favorecida por la introducción del transporte aéreo.
Y no es solo en Guam. También están intentando saltar a Hawai. “El gobierno de Estados Unidos todavía está volando aviones militares desde Guam a Hawai y las serpientes siguen haciendo autostop”, dijo Fry en un comunicado.
De hecho, los animales son interceptados regularmente en los aeropuertos de Hawai, por lo que si se permite que estos vuelos directos continúen, es solo cuestión de tiempo hasta que lleguen a la zona y se establezcan, eliminando a las aves como lo hicieron en Guam.
Detener la propagación no será una tarea fácil. Para el profesor, una opción sería detener por completo todos los viajes aéreos desde Hawai a Guam y viceversa, pero obviamente esa no es una solución viable. Otra opción es usar perros para detectar los “polizones”.
“Pero la realidad es que, dado que los vuelos van a continuar, en realidad es solo una cuestión de cuándo, no si llegan a Hawai. La erradicación ha demostrado ser imposible en Guam. No es un escenario optimista para Hawai”, sentencia el profesor. [Mashable]