En la pieza se ve agua por todas partes, con alfombras empapadas, agua que gotea de los ascensores o que salpica las ventanas del barco. Las señales se mueven de un lado a otro, la gente camina en ángulo debido a la inclinación del crucero, algunos muebles están al revés, apilados de forma caótica, las puertas se abren por sí solas, y una vez que el barco parece estar fuera de la tormenta, se cubre de hielo y nieve. 

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Si fuera una atracción de un parque, se habría vivido una experiencia de película, desgraciadamente fue muy real. Algunos de los pasajeros describieron lo vivido como “un infierno para todos”. Por ejemplo, la pasajera Christina Méndez, quien habló para la CBS explicando que “mis hijos todavía tienen pesadillas, lo recordarán para el resto de sus vidas, los vómitos, lo que oyeron y vieron”.

¿Por qué decidió el capitán adentrarse y cruzar la tormenta? Es posible que pensara que cruzar el lado occidental (la ruta por la que optó) de la tormenta minimizaría las olas, pero los modelos informáticos anteriores al ciclón bomba no dejaron lugar a la duda y fueron consistentes al mostrar un área de vientos huracanados en todas las áreas. Con todo, lo mejor que se puede decir es que las 4.000 personas regresaron a tierra con vida, aunque el susto no se los quitará nadie. [BoingBoing, CBS]