El domingo pasado Australia registró una temperatura asfixiante de récord: nada menos que 47,3 grados, el más cálido desde 1939. Lo cierto es que está haciendo tanto calor en el verano australiano, que cientos de murciélagos están, literalmente, friéndose vivos debido a las altas temperaturas.
Con esta ola de calor, un efecto secundario del cambio climático, la vida para los humanos es difícil, pero para algunos animales es letal. En los últimos días se han reportado infinidad de casos de aves que necesitaban ser rehidratadas. Los koalas de toda la región estaban siendo pulverizados para mantenerlos frescos.
La peor parte se la están llevando cientos de murciélagos, todos muertos porque no tenían suficiente cobertura para protegerse del calor. De hecho, los rescatistas de animales en Sydney describieron escenas “desgarradoras” de docenas de murciélagos bebés muertos apilados en el suelo.
Al parecer, mientras los murciélagos adultos buscaban sombra cerca de un arroyo, los bebés quedaron colgando de los árboles sin medios para sobrevivir al calor. Muchos fueron encontrados dispersos sobre el terreno. Otros murieron antes de que cayeran.
Lo cierto es que los murciélagos se han adaptado al clima cálido de Australia, pero esta especie en particular es incapaz de regular la temperatura de su cuerpo cuando el exterior se eleva por encima de los 40 grados, siendo los jóvenes son especialmente vulnerables. Según los expertos:
Tienen menos tolerancia al calor. Su cerebro simplemente se fríe y se vuelven incoherentes. A menudo, simplemente se pondrán demasiado calientes y caerán al suelo mientras los adultos buscan sombra.
Decenas de voluntarios y rescatadores pasaron el domingo recogiendo cuerpos de unos 200 murciélagos, la mayoría de los cuales eran bebés. Además, se espera que la cifra de muertos aumente a miles, ya que muchos aún colgaban de los árboles y eran inalcanzables para los voluntarios. Como se podía leer en Facebook a través de una organización:
Muchos cachorros estaban respirando por última vez... Hubo lágrimas derramadas y corazones hundidos. Es devastador cuando una colonia como la local cae así debido al calor, esta colonia necesita más cobertura y áreas sombreadas para ayudar con nuestros veranos calurosos, ya que este episodio seguramente no será el último.
Lo cierto es que esta clase de murciélago, el llamado zorro volador de cabeza gris, es una especie vulnerable, ya que quedan alrededor de 400.000, frente a los casi 600.000 de 1989.
Los murciélagos viven en bosques y pantanos a lo largo de la costa este de Australia y juegan un papel importante en la polinización y el transporte de semillas. Sin embargo, estas olas de calor, cada vez más intensas y continuadas, amenazan con el fin de la especie. [National Geographic, BBC]