
Para desgracia de Huawei vivimos en el Día de la Marmota. Igual que le pasaba al bueno de Bill Murray en Atrapado en el Tiempo, la empresa china se encuentra con que cada día que pasa tiene el mismo problema, cortesía del gobierno de Estados Unidos. Un año más han conseguido lanzar un teléfono sobresaliente. Y un año más se encuentran con un contratiempo que echa por tierra todo su trabajo.
Para el que no sepa de qué hablamos: en mayo de 2019 Estados Unidos decidió meter a Huawei en su lista negra de empresas después de acusarla de espionaje. En la práctica, esto hace que ningún teléfono o tablet Huawei puedan traer las aplicaciones y los Servicios de Google ya instalados. ¿Se puede vivir sin ellos? Sí, pero se vive peor. Y teniendo en cuenta que estamos hablando de un teléfono de más de 1000 euros, éste es un fallo mortal que deja vendido al Mate 40 Pro frente a sus competidores.
Diseño
El diseño del teléfono recuerda mucho al de su predecesor, el Mate 30 Pro, aunque con algunos cambios. En la parte delantera toca despedirse del notch, que por fin ha sido sustituido por un agujero frontal. Aunque en tamaño sigue siendo ciertamente notorio, ya que incluye una cámara de 13 MP, una lente gran angular y una cámara infrarroja para el desbloqueo facial, lo encuentro menos disruptivo visualmente en la esquina superior izquierda que aquel notch centrado del Mate 30.
En la trasera nos encontramos con un módulo de cámara aun más prominente —cuya consideración estética dejo a juicio del lector— y podremos ver que Huawei ha apostado por un acabado mate brillante sobre el cristal que hace que éste cambie de color en función de cómo incida la luz. Hay que reconocer que, como poco, el diseño resulta llamativo.
Los haters de las pantallas curvas no creo que estén tampoco muy contentos con este teléfono, ya que los laterales de la pantalla presentan una curvatura de 88º, una opción un tanto más extrema que lo que vemos en otros smartphones similares, como los de Samsung o Xiaomi. Eso sí, hay que decir que a pesar de ello, no se producen muchas pulsaciones accidentales, y además nos ayuda a sostener cómodamente el teléfono, por lo que al final tampoco es que resulte ningún drama.

Pocas pegas se le pueden poner a su generosa pantalla OLED de 6,76 pulgadas. Los colores son vivos, brillantes y el brillo es más que suficiente para ver la pantalla a plena luz del día. Es cierto que la tasa de refresco es solo de 90 Hz, pero siendo realistas, tampoco es que vayamos a percibir una gran diferencia con un panel de 120 Hz. Otro punto a favor del Mate 40 Pro es que en los ajustes podemos activar una opción que optimiza la resolución de la pantalla para ahorrar batería y que realmente ayuda notablemente a reducir el consumo.
Cámaras
La colaboración entre Huawei y Leica ha dado buenos frutos, y las cámaras son sin lugar a dudas el mejor argumento de este teléfono.
La cámara principal de 50 MP y f/1.9 brilla en todo tipo de condiciones. Tiene un buen rango dinámico, una nitidez excelente, no satura en exceso ni hace cosas raras con los colores, y en condiciones de poca luz se maneja francamente bien. También tienes la opción de disparar con los 50 MP del sensor, pero te arriesgas a que el balance de la luminosidad sea peor, así que mi recomendación es que dejes que el pixel binning haga su trabajo.
Su cámara gran angular de 20 MP y f/1.8 está quizás un peldaño por debajo en nitidez frente a su hermana mayor—hasta aquí, nada que resulte muy sorprendente—, pero en términos generales resulta realmente solvente, y eso que esta suele ser la lente más descuidada en la mayoría de teléfonos.
Para terminar de redondear el equilibrado conjunto de cámaras traseras, Huawei ha incluido una lente teleobjetivo de 12 MP, f/3.4 y 5 aumentos. Se puede aumentar el zoom hasta conseguir 50 aumentos, pero todo lo que obtengas a partir de 15 o 20 va a ser difícilmente utilizable.

Rendimiento
El procesador Kirin 9000 que lleva el Mate 40 Pro bajo el capó es sinónimo de potencia. Este procesador —a la altura del Snapdragon 865 Plus—combinado con esos 8 GB de RAM, hace que no haya ningún juego o aplicación que se le resista.
Que no te engañe su batería de 4400 mAh: aunque no parezca gran cosa sobre el papel, tiene recorrido suficiente para aguantar un día y medio con un uso normal. Si tienes cuidado y haces algunas cosas como desactivar el modo Always On o limitar el uso en segundo plano de ciertas aplicaciones, es posible arañarle casi hasta dos jornadas enteras. Por si esto fuese poco, el teléfono ofrece carga inalámbrica de 50W y carga por cable de 66W. ¿Y lo mejor? Enchufa el teléfono al cargador 15 minutos y tendrás la batería a más de la mitad.
Pero todo este impresionante hardware queda empañado por el software del teléfono. Es cierto que existen infinidad de alternativas a las aplicaciones de Google. Incluso también podemos acceder a estos servicios por medio del navegador si así lo queremos. Pero todo esto parece un lío innecesario por el que dudo que alguien quiera pasar después de haberse dejado más de mil “machacantes” en un teléfono.
De hecho, esto no es ni siquiera la peor parte. Existen multitud de aplicaciones que requieren de los Servicios de Google para funcionar, así que puede darse el caso de que quieras utilizar otra aplicación ajena a Google y que no puedas instalarla en tu teléfono.
Se nota también todo el trabajo que está metiendo Huawei en EMUI, su capa de personalización, que cada vez resulta más completa y madura. Si Huawei deja de bombardearnos con bloatware, pule algunos detalles de EMUI y le pega un buen lavado de cara a su tienda de aplicaciones (que a día de hoy está a años luz de su principal rival) sus teléfonos podrán empezar de nuevo a plantar cara. Si esto no sucede, parece que ocurrirá lo contrario: se la seguirán partiendo.

En resumen
Recomendar este teléfono se antoja casi una tarea imposible mientras dure el veto de Estados Unidos. La mochila que supone la falta de Servicios de Google es demasiado pesada, sobre todo cuando hablamos de un móvil que pasa del millar de euros. Y más aun cuando existen buenas alternativas ahí fuera.
Un año más, Huawei se vuelve a dejar por el camino su mejor móvil. Quién sabe si por última vez o si volverá a despertarse en el Día de la Marmota.