
IFA 2019 ha sido la feria del sonido. Muchas marcas han aprovechado la cita para mostrar sus novedades en auriculares. Una de esas marcas ha sido JBL, y uno de sus productos estrella son los Reflect Flow, unos auriculares internos pensados para hacer deporte. Esta ha sido nuestra experiencia con ellos.
Nota: hemos analizado estos auriculares al mismo tiempo que los auriculares deportivos Plantronics BackBeat FIT 3150, puedes leer su review aquí.
Los Reflect Flow se unen a la reciente tendencia que se ha hecho tan popular de llevar auriculares inalámbricos internos que se cargan mediante un pequeño estuche. Estos audífonos concretos compiten con modelos como los Jaybird Run XT o los Jabra Elite Sport, pero tienen dos cosas a su favor. La primera es que encajan en el oído mucho mejor que los Run XT. La segunda es que son mucho más baratos que el modelo deportivo de Jabra.
Diseño
Estamos ante unos auriculares internos diseñados para encajarse en el canal auditivo externo. Solo esa característica ya los hace un gracias, pero no gracias para las personas que no gustan de llevar audífonos embutidos en la oreja. Los que nos gusten de este tipo de diseño harían bien en revisar nuestro análisis de los Plantronics BackBeat FIT 3150, que ofrecen mejores funciones y un sonido comparable sin ser tan invasivos pero a cambio de un precio algo más elevado.

Confieso que a mí sí que me gustan los intraauriculares, y en defensa de los ReflectFlow debo decir que son de los más cómodos que he usado. De hecho, son también de los que mejor se sujetan a la oreja, algo absolutamente vital en unos audífonos deportivos. El secreto de esta sujección es un saliente de goma que se desliza en uno de los pliegues de la oreja y mantiene los auriculares en su sitio. Si por lo que sea no se ajustan bien, la caja incluye un recambio algo más largo para satisfacer los pabellones auditivos de talla XL.
Al principio dudaba de que un sistema tan sencillo realmente pudiera servir durante el bamboleo constante de una carrera, pero debo reconocer que JBL ha hecho un trabajo excelente en este sentido. Basta con introducir el auricular y girarlo un poco en la dirección de las agujas del reloj para que quede sujeto como por ensalmo. En las dos semanas que llevo usándolos no he logrado que se me suelten por muchos saltos y movimientos bruscos que he dado. De hecho, además de sujetarse, el enganche logra que la pieza de goma no pierda presión dentro del oído, lo que suma muchos puntos en calidad de sonido (más sobre esto abajo).
Controles
Sin la pieza de goma, los auriculares en sí son dos pequeños cilindros que apenas sobresalen de las orejas con un gran botón que reúne todas las funciones. Los Reflect Flow se conectan automáticamente al móvil cuando los sacas de su estuche (entran en modo de enlace Bluetooth la primera vez que lo haces) y se desconectan al volverlos a guardar. Práctico y fácil. Como debe ser.

El botón del auricular derecho sirve para pausar o reanudar la reproducción si lo pulsamos una vez, o para atender una llamada entrante. Si lo pulsamos dos veces activa el asistente de voz que estemos usando: Google, Siri o Bixby (recordemos que Harman y JBL son propiedad de Samsung desde marzo de 2017). No he tenido oportunidad de valorar cómo se puede elegir entre Bixby o Google Now en los terminales Samsung porque no tenía ningún móvil del fabricante surcoreano a mano.
El funcionamiento del pulsador izquierdo es algo más raro. Si lo pulsamos una única vez activa un modo ambiente que reduce el volumen para que podamos escuchar lo que tenemos alrededor. Es una función bastante necesaria si usamos los auriculares en exteriores porque aunque los Reflect Flow no tienen cancelación de ruido activa, su diseño nos aísla mucho del ruido exterior. Una segunda pulsación activa un modo talktrough que baja aún más el volumen y nos permite hablar con los auriculares puestos. Si lo pulsamos por tercera vez el audífono nos devuelve al volumen normal que hayamos establecido. Dos pulsaciones seguidas nos permite avanzar de canción, pero no hay opción para retroceder sin sacar el móvil del bolsillo.

Los controles son sencillos y probablemente sean más que suficientes para la mayor parte de usuarios, pero se echa en falta la posibilidad de personalizarlos, como en los BackBeat FIT. De hecho, una de las cosas más raras de los Reflect Flow (sobre todo viniendo de una compañía matriz como Samsung) es que no tienen aplicación propia. Existe una aplicación genérica de JBL llamada My JBL Headphones, pero apenas hace nada más aparte de añadir modos de ecualización.
El estuche de carga
Los JBL Reflect Flow se cargan mediante un estuche bastante grueso pero lo bastante pequeño como para caber en el bolsillo sin generar (demasiado) estrés. Una pequeña hilera de luces LED informan de cuánta batería le queda al estuche o si es necesario cargarlo de nuevo. Los audífonos aguantan alrededor de 10 horas con una sola carga y el estuche les proporciona 20 horas (dos cargas completas) adicionales. Gracias al sistema de carga rápida, 10 minutos en el estuche equivalen a una hora de reproducción musical.

A diferencia de los Plantronics BackBeat FIT, en los que hay que hacer cierto esfuerzo para guardar los auriculares, el sistema de imanes de los ReflectFlow hacen que baste con dejar caer los dispositivos en su ranura para que encajen perfectamente con un satisfactorio ¡clic!. La mayor pega es que el estuche de carga lleva conexión MicroUSB, lo que nos obliga a lleva un cable adicional si ya estamos usando un smartphone con USB-C.
Usando los JBL Reflect Flow
Los Reflect Flow llevan un driver de 5,8 mm con un rango de frecuencias de entre 20 y 20.000 hertzios. A efectos prácticos, suenan realmente bien siempre y cuando no tengamos un gusto audiófilo. De hecho, suenan mejor que los Plantronics BackBeat Fit 3150, pero la razón es que el modelo de Plantronics no cierra completamente el canal auditivo como los Reflect Flow. Para ser unos auriculares deportivos, los JBL ofrecen una calidad de sonido más cercana a la de unos auriculares con cancelación de ruido activa aún sin disfrutar de esa característica.

Los JBL Reflect Flow resisten también el agua en grado IPX7, lo que los hace ideales para largas sesiones sudando como cochinos en el gimnasio o trotando bajo la lluvia.
Tras tres semanas de uso intensivo, y aún con sus carencias (controles sencillos, falta de posibilidades de configuración y un sistema de agarre interno que no será del gusto de todos), los JBL Reflect Flow son totalmente recomendables si lo que buscas es unos auriculares deportivos de tamaño mínimo y con una calidad de sonido muy por encima de lo que aparentan.
Si buscas un sonido excepcional ya tienes que irte a otros modelos como los Jabra Elite Sports, los Audio-Technica ATH-SPORT7TW o los Sennheisser Momentum Wireless, pero todos ellos tienen alguna pega. Los Jabra son caros, los Audio Technica no tienen tanta batería, y los Sony WF-1000XM3 o los Sennheisser Momentum no se agarran tan bien a la oreja y no resisten el agua y el sudor en el mismo grado. Al final, los JBL Reflect Flow lo hacen todo razonablemente bien y están disponibles por 149 euros. Si quieres un plus de versatilidad en los controles u odias tener cosas muy dentro del oido, los BackBeat FIT 3150 son un modelo a considerar.