
Observar colonias de pingüino emperador solía ser una actividad de alto riesgo. Estos pingüinos viven y se reproducen en la Antártida, en un ambiente más frío que el de cualquier otra especie de ave, donde soportan temperaturas de hasta 40 grados bajo cero y vientos de hasta 144 kilómetros por hora. Hoy, los científicos solo tienen que buscar rastros de caca en las imágenes de satélite.
De hecho, los investigadores del British Antarctic Survey acaban de encontrar 11 nuevas colonias de pingüino emperador gracias a la detección de manchas de guano mediante tecnología de mapeo por satélite. Eso eleva el censo a 61 colonias en toda la Antártida, un 20% más de las que se conocían.
“Es un descubrimiento emocionante”, dice Peter Fretwell, autor principal de un estudio publicado en Remote Sensing in Ecology and Conservation. “Pero, si bien son buenas noticias, las colonias son pequeñas y, por lo tanto, solo aumentan la población total en un 5-10%, hasta un poco más de medio millón de pingüinos”.
Los científicos usaron imágenes de los satélites europeos Sentinel-2 para localizar las colonias. La Agencia Espacial Europea publica estas imágenes gratuitamente en la web del programa Copernicus, por lo que los investigadores pudieron evaluar el terreno en 2016, 2018 y 2019, los tres años disponibles, en busca de “áreas pequeñas de píxeles marrones”, el equivalente a kilómetros de excremento de pingüino. Los investigadores dieron con 11 colonias hasta ahora desconocidas, el equivalente a unos 55.000 nuevos pingüinos emperador.

Los emperadores son la especie de pingüino más grande que existe, y probablemente la más emblemática, pero su hábitat se está calentando tres veces más rápido que el resto del planeta, lo que los coloca en una situación de vulnerabilidad, especialmente por el derretimiento del hielo marino.
La mayoría de las colonias recién descubiertas se encuentran en lugares que se perderán a medida que el clima se caliente y grandes secciones de hielo estacional, donde los pingüinos se aparean, empiecen a desaparecer. “Es poco probable que alguno de ellos siga existiendo a finales de siglo si el calentamiento global continúa al ritmo actual”, explica Fretwell.
Los pingüinos son algo así como los canarios en la mina de carbón de la Tierra: estudiar sus movimientos y distribución será importante para comprender su lucha por sobrevivir al cambio climático en el círculo polar antártico.