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La sonda japonesa Hayabusa 2 aterriza de nuevo con éxito sobre el asteroide Ryugu para tomar muestras

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La sonda Hayabusa 2, aproximándose al asteroide Ryugu.
La sonda Hayabusa 2, aproximándose al asteroide Ryugu.
Ilustración: German Aerospace Center (CC-BY 3.0)

Mientras los demás atendemos nuestros asuntos cotidianos, una sonda espacial del tamaño de una nevera ha logrado posarse con éxito sobre un asteroide a 300 millones de kilómetros de nuestro planeta. No es la primera vez que lo hace, pero este nuevo hito es especialmente importante por lo que va a traer de vuelta.

Aunque no está suscitando tanta expectación como la misión Rosetta que visitó el cometa 67P, lo cierto es que la misión Hayabusa 2 de la agencia espacial japonesa está cosechando éxito tras éxito. No solo ha logrado aterrizar con éxito dos rover, los los Minerva II1a y II1b sobre la superficie del asteroide Ryugu. Además ha logrado tomar muestras de la superficie en un primer contacto que tuvo lugar el pasado mes de marzo.

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Foto tomada por las cámaras CAM-H de la sonda 4 segundos antes del aterrizaje.
Foto tomada por las cámaras CAM-H de la sonda 4 segundos antes del aterrizaje.
Foto: JAXA (http://www.hayabusa2.jaxa.jp/en/topics/20190711e_PPTD_ImageBulletin/)

¿Por qué este nuevo aterrizaje es tan importante si ya ha tomado muestras antes? La razón es que estas muestras proceden del interior del asteroide. En abril, la sonda disparó su Small Carry-On Impactor o SCI, un proyectil de cobre de 2,5 kilos que impactó sobre el asteroide a 1,9km por segundo. El proyectil es similar a los que se utilizan en la munición militar antitanque y su objetivo era precisamente perforar un cráter en el que los materiales del subsuelo de Ryugu queden expuestos.

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Acceder a estos materiales que no han recibido ningún tipo de radiación durante millones de años es crucial para estudiar la formación del Sistema Solar. Eso por no mencionar que quizá nos den una sorpresa en forma de partículas orgánicas o incluso (sigue siendo una posibilidad) con trazas de microorganismos.

El disparo del SCI implicó el uso de 4,5 kilos de un sofisticado explosivo plástico llamado HMX u octógeno. El retroceso provocado por la detonación fue tan intenso que los técnicos de la agencia espacial japonesa pasaron semanas corrigiendo la trayectoria y distancia de Hayabusa 2 hasta devolverla a una órbita válida para una nueva inserción.

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Eso es precisamente lo que ha ocurrido hoy. La sonda ha logrado posarse sobre el cráter que provocó en abril y, con suerte, ha recogido muestras frescas de polvo y roca (la agencia aún no ha podido confirmar este punto). La sonda regresará a la Tierra con las muestras que haya tomado el año que viene. [The Guardian]