“Parece que está un poco perezoso esta noche”, comentó Sampson tras un silencio incómodo y dio paso a un largo discurso del fundador de LeEco. Un rato más tarde lo volvieron a intentar, pero esta vez un técnico entró en el coche para hacer unos ajustes fuera de cámara y atenuaron las luces. Ahora sí: el coche rodó lentamente unos metros y se detuvo en el centro del escenario. Aplausos.

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A decir verdad, Faraday Future ya había demostrado con éxito las funciones autónomas del FF 91 minutos antes, en un parking exterior del CES 2017. Esa prueba la clavaron: pidieron a una mano inocente (el alcalde de Las Vegas del Norte) que eligiera una plaza de aparcamiento, dejaron esa plaza vacía y mostraron que el FF 91 es capaz de encontrarla y aparcar por sí solo gracias a sus 30 sensores de reconocimiento y su potente ordenador de abordo.

Más tarde, Sampson explicó que la prueba del escenario era compleja y suponía un mayor reto técnico que la prueba de exterior: “si miras el techo de este edificio, ves una gran estructura de acero que inhibe algunas de las señales que el coche necesita para poder conducir por sí mismo”. El Faraday Future FF 91 todavía no tiene precio, pero se puede reservar por 5.000 dólares. Empezará a producirse en 2018 en el desierto de Nevada, en Estados Unidos.