Un año después de hacernos soñar un batmóvil eléctrico, Faraday Future ha presentado su primer vehículo de producción: el FF 91. Sobre el papel, una bestia de 1050 caballos y más de 600 km de autonomía. Sobre el escenario, un utilitario cargado de sensores de conducción autónoma que no fue capaz de moverse solo.
De cero a cien en 2,39 segundos. Batería de 130 kWh. Carga rápida de 200 kW en corriente continua. Un diseño futurista. Tras una hora de interminable charla sobre las prestaciones del coche, el FF 91 hizo su estelar aparición en el CES 2017 conducido tímidamente por Jia Yueting, fundador del gigante chino LeEco y principal inversor de Faraday Future. Le acompañaba sobre el escenario el vicepresidente sénior de ingeniería e I+D de Faraday Future, Nick Sampson.
“Yueting, me gustaría que enviaras el coche fuera del escenario usando la opción de aparcacoches automático”, dijo Sampson. “Tan solo presiona el botón, y el coche encontrará su camino hacia el garaje”. Jia Yueting obedeció, pero no pasó absolutamente nada. En otras palabras, pasó lo peor que puede pasar cuando presentas un coche autónomo: que este no se mueva.
“Parece que está un poco perezoso esta noche”, comentó Sampson tras un silencio incómodo y dio paso a un largo discurso del fundador de LeEco. Un rato más tarde lo volvieron a intentar, pero esta vez un técnico entró en el coche para hacer unos ajustes fuera de cámara y atenuaron las luces. Ahora sí: el coche rodó lentamente unos metros y se detuvo en el centro del escenario. Aplausos.
A decir verdad, Faraday Future ya había demostrado con éxito las funciones autónomas del FF 91 minutos antes, en un parking exterior del CES 2017. Esa prueba la clavaron: pidieron a una mano inocente (el alcalde de Las Vegas del Norte) que eligiera una plaza de aparcamiento, dejaron esa plaza vacía y mostraron que el FF 91 es capaz de encontrarla y aparcar por sí solo gracias a sus 30 sensores de reconocimiento y su potente ordenador de abordo.
Más tarde, Sampson explicó que la prueba del escenario era compleja y suponía un mayor reto técnico que la prueba de exterior: “si miras el techo de este edificio, ves una gran estructura de acero que inhibe algunas de las señales que el coche necesita para poder conducir por sí mismo”. El Faraday Future FF 91 todavía no tiene precio, pero se puede reservar por 5.000 dólares. Empezará a producirse en 2018 en el desierto de Nevada, en Estados Unidos.