Los descubrimientos científicos de los últimos años, el de las ondas gravitacionales entre ellos, ayudan a que cada vez consigamos descifrar un poco mejor el tremendo enigma que suponen los agujeros negros. Quedan, con todo, muchas preguntas en el tintero, por ejemplo ¿Por qué son tan, tan grandes? Un equipo de científicos parece haber dado con la solución.
Exolicada de manera algo simplificada: teniendo en cuenta todos nuestros conocimientos hasta la fecha sobre ellos, el tamaño inmenso de los llamados agujeros negros supermasivos simplemente no tiene sentido. Los números no cuadran. La cuestión que deja perplejos a los astrónomos es que, evidentemente y a pesar de todo, están ahí.
¿Por qué? Nuevas imágenes del telescopio Hubble y del telescopio Chandra sugieren que se forman directamente a partir de nubes de gas. La teoría más aceptada hasta ahora era que dichos agujeros negros se formaban a partir de la fusión de otros agujeros. Dicho eso, los números tampoco acababan de cuadrar del todo así que se comenzó a especular que se formaban en su lugar a partir de gigantescas nubes de gas.
Dichas nubes actuarían como “semillas” de agujeros negros. Para probar la teoría, astrónomos del Instituto Nacional de Astrofísica de Italia puso a tres de los mejores telescopios espaciales (Hubble, Chandra y Spitzer) a la búsqueda de dichas semillas. Los detalles completos del estudio aparecerán publicados próximamente pero mientras tanto puede leerse una versión preliminar en ArXiv.
Las imágenes parecen confirmar la teoría de los astrónomos, pero todavía están lejos de aportar una respuesta definitiva. Los agujeros negros son extremadamente difíciles de detectar y confirmarlo de manera definitiva todavía llevará un tiempo. [ArXiv]