El primer objeto interestelar en visitar el Sistema Solar “desafió las expectativas” en 2017, según un nuevo estudio, y generó muchas preguntas entre la comunidad científica, como por ejemplo si se trataba de un cometa o de un asteroide (o, como algunas personas querían creer, de un astronave alienígena). Aunque algunos estudios han determinado que era un asteroide, pero una nueva investigación encuentra que la hipótesis del cometa todavía podría ser todavía plausible.
“Oumuamua apareció por primera vez el 19 de octubre de 2017, según los datos del telescopio Pan-STARRS de Hawai. En lugar de orbitar al Sol, su trayectoria implicaba claramente que venía desde fuera del Sistema Solar y que luego lo había abandonado. Aunque no se quedó mucho tiempo, los científicos pudieron hacer 818 observaciones del objeto y encontraron algunas cosas extrañas. Tenía una forma alargada y una compleja rotación. Además, extrañamente, aceleraba a medida que se alejaba, más de lo que debería si tuviésemos en cuenta la gravedad del Sol.
Se ha debatido si la roca es un cometa (un cuerpo helado formado por hielo, polvo y rocas que tiene cola y una especie de atmósfera) un asteroide (una roca sin cola que se formó cerca de una estrella) o algo completamente distinto. A pesar de que la liberación de gas sobre su superficie (como ocurre con los cometas) podría haber explicado la aceleración anómala, “Oumuamua no tenía una cola observable de gas o de carbono que se pudiera ver saliendo de su superficie. Esto hizo que los científicos se preguntaran si tal vez fuese otra cosa, (quizás un objeto plano como una ‘vela solar’ que lo acelerase gracias al empuje de las partículas del Sol.
Pero un nuevo paper de Darryl Seligman y Greg Laughlin (Yale) y Konstantin Batygin (CalTech), que se publicará en The Astrophysical Journal, frena esta conjetura. Reitera que “una estructura de ventilación rica en gas volátil en Oumuamua supone la explicación más simple para su extraña trayectoria”. En otras palabras, aunque no hayamos visto el gas o la cola, todo parece indicar que se trata de un cometa.
Este paper simulaba un objeto alargado en forma de cápsula que emitía un chorro de partículas vaporizadas, principalmente vapor de agua, lo que podría explicar por qué no vimos ninguna cola. El modelo proporcionó unos resultados que se parecían mucho a los observados en Oumuamua, incluida su extraña rotación y la aceleración extra.
Como era de esperar, los que se oponían inicialmente a la hipótesis del cometa siguen sin estar convencidos por los nuevos resultados (¿alguna vez somos capaces de convencer al que piensa lo contrario?), según informa Lee Billings en Scientific American. Avi Loeb de Harvard dijo que los nuevos hallazgos se basan en la suposición de que los objetos extrasolares actúan como objetos del Sistema Solar, mientras que Roman Rafikov, de la Universidad de Cambridge, dijo que el paper requiere que el cometa tenga la forma exacta.
Así que parece que no ha cambiado mucho, y que los astrónomos todavía siguen sin ponerse de acuerdo sobre la naturaleza de Oumuamua. Con suerte, veremos pronto más objetos interestelares provenientes de fuera del Sistema Solar, y tendremos más cosas que estudiar y que debatir.