¿Recuerdas Oumuamua, aquel asteroide de forma alargada que pasó por el Sistema Solar en octubre del año pasado? Desde entonces, los astrónomos tratan de buscar explicaciones naturales a sus extrañas características físicas. Dos investigadores de Harvard han postulado una teora aún mas exótica.
Shmuel Bialy y Abraham Loeb, del Harvard Smithsonian Center for Astrophysics acaban de publicar un interesante informe sobre la aceleración de Oumuamua cuando atravesó el Sistema Solar. Su conclusión es que tiene que deberse a algún tipo de propulsión y apuntan, no sin cierto desparpajo, que ese tipo de movimiento encaja con el de un vehículo artificial impulsado por la luz.
El movimiento al que se refieren es una rara maniobra que el asteroide realizó al alejarse del Sol. Tras atravesar el Sistema Solar y pasar cerca de nuestra estrella, Oumuamua cambió levemente de trayectoria y aceleró su marcha de una manera ciertamente inesperada. Los datos combinados del Hubble y de varios telescopios terrestres de la ESA y la NASA confirmaron que el asteroide abandonó nuestro sistema a una velocidad mucho mayor de lo esperado.

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De eso versa precisamente el estudio de Bialy y Loeb. Ambos astrofísicos han estudiado la aceleración de Oumuamua en su trayectoria de salida y teorizan que puede deberse a una presión ejercida por la radiación solar. En otras palabras, el asteroide aceleró debido al empuje de los fotones del Sol sobre su superficie.
Los investigadores juegan con la idea de que el sistema de propulsión de Oumuamua es parecido al de las sondas Lightsail que investigamos en la Tierra. De ahí a dejar caer que Oumuamua pueda ser una sonda de propulsión luminica enviada por una civilización distante hay muy poco, un par de párrafos, para ser exactos.
Por supuesto, la propulsión por presión de la radiación solar no implica que Oumuamua sea una sonda camuflada. En junio de este mismo año, un estudio publicado en Nature explica que la superficie del asteroide puede generar ese leve impulso causado por la gasificación del hielo que forma Oumuamua. la evaporación del hielo en su superficie libera el suficiente gas como para que registre un leve impulso en dirección opuesta al Sol (ya que se provoca precisamente en la parte expuesta).
¿Simple fenómeno natural o exótica propulsión fabricada por una civilización extraterrestre? los astrofísicos juegan con esa idea para atraer la fascinación del público por los alienígenas. Este post y tantos otros que se han publicado hoy son buena prueba de que lo han conseguido. Si eres de los que disfruta con estos temas te recomiendo leer la maravillosa novela Cita con Rama, de Arthur C. Clarke. [Harvard Smithsonian Center for Astrophysics vía Ars Technica]