
Un grupo de arqueólogos creó mapas tridimensionales de más de 70.000 kilómetros cuadrados de asentamientos precoloniales en lo que hoy es México, revelando detalles nunca antes vistos de cómo se diseñaron los asentamientos y sus aparentes conexiones con el antiguo calendario mesoamericano.
Los 478 asentamientos incluidos en la nueva investigación estuvieron habitados desde alrededor del 1400 a. C. hasta el 1000 d. C., y la forma en que se construyeron parece estar vinculada a cosmologías importantes para las comunidades que vivieron allí. Los asentamientos que se alinean con los picos de las montañas cercanas o la trayectoria del sol en cielo sugieren que pudieron tener una importancia simbólica en la orientación de la arquitectura.
El equipo clasificó los asentamientos en cinco tipos distintos de disposición arquitectónica, que podrían corresponderse con diferentes periodos de tiempo y sugieren sociedades más igualitarias. Todos estos sitios tenían características rectangulares o cuadradas, que, según los arqueólogos, podrían haberse inspirado en el famoso asentamiento olmeca de San Lorenzo, que tenía un espacio rectangular central que probablemente se usaba como plaza pública. El análisis del equipo se ha publicado en Nature Human Behavior.
“El punto principal de este estudio es el descubrimiento de casi 500 complejos estandarizados en un área amplia, muchos de ellos con formas rectangulares”, escribió el autor principal Takeshi Inomata, arqueólogo de la Universidad de Arizona, en un correo electrónico a Gizmodo. “Hasta hace tres años, no teníamos idea de la presencia de dichos complejos. Realmente nos obligan a repensar lo que estaba sucediendo durante este periodo”.
El equipo utilizó una tecnología de escaneo llamada lidar para mapear estructuras ocultas en estos sitios. Con lidar, los arqueólogos pueden obtener mediciones precisas del cambio de elevación del suelo, incluso a través de una densa cobertura de árboles, gracias a los láseres que penetran en la superficie y luego rebotan en un detector. Lidar es “revolucionario para la arqueología”, escribió Robert Rosenswig, arqueólogo de la Universidad de Albany-SUNY, que no trabajó en el estudio reciente, en un artículo de News & Views para Nature.
“El estudio presagia el futuro de la arqueología a medida que el lidar revela la arquitectura antigua a una escala sin precedentes que llegará a regiones remotas y con mucha vegetación en todo el mundo”, agregó Rosenswig.
En 2020, Inomata y sus colegas informaron sobre su descubrimiento del sitio monumental de Aguada Fénix utilizando imágenes lidar. Ahora, han analizado 2000 años de arquitectura en la región a través de estudios lidar aéreos.

Los pueblos que diseñaron estos asentamientos se llaman en general olmecas y mayas, aunque existen nombres más específicos para las comunidades que caen bajo esas etiquetas, como los residentes de habla chontal del este de Tabasco y los habitantes de habla zoke del oeste de Tabasco y Veracruz. Los mapas de sitios olmecas son particularmente útiles; el centro de San Lorenzo es la capital más antigua de la zona (es el hogar de esas cabezas colosales con las que quizás estés familiarizado) y, como tal, los arqueólogos creen que pudo establecer el estándar de cómo diseñar un asentamiento.
Pero San Lorenzo ya era bien conocido; parte del valor de esta nueva investigación es resaltar las estructuras de asentamientos más pequeños. “Aunque esta parte de México es bastante abierta y poblada, la mayoría de esos sitios no se conocían antes”, agregó Inomata. “Estaban literalmente escondidos a plena vista”.
Juntos, los casi 500 sitios brindan a los arqueólogos una idea de cómo se organizaron las comunidades en el área. Inomata dijo que los impactos de la investigación son dobles: en primer lugar, los arqueólogos ahora tienen una mejor idea sobre el desarrollo de proyectos de construcción monumentales en la región a lo largo del tiempo. En segundo lugar, a juzgar por los diseños de los asentamientos, parece que las comunidades no tenían una jerarquía social altamente estratificada.
“Tradicionalmente, los arqueólogos pensaban que las grandes construcciones las realizaban sociedades jerárquicas con élites y gobernantes”, dijo Inomata. “Pero ahora vemos que esos espacios grandes y estandarizados podrían ser construidos por personas sin una desigualdad pronunciada”. Esa determinación se basa en parte en la falta de grandes residencias permanentes en muchos de los sitios.
Los próximos pasos del equipo arqueológico son visitar los asentamientos en persona, para verificar que los patrones representados desde el aire son la realidad en el suelo. Ese es un paso extremadamente importante, como demuestra una situación de 2016 en la que un adolescente pensó que había encontrado una ciudad perdida en imágenes de satélite, solo para que los arqueólogos no estuvieran de acuerdo, diciendo que probablemente se trataba de un campo de maíz en barbecho.
Hasta ahora, únicamente alrededor del 20% de los asentamientos que el equipo examinó se han estudiado sobre el terreno. Si bien los resultados de los estudios sobre el terreno son prometedores, es necesario recopilar más datos para que los investigadores conozcan el alcance de las similitudes y diferencias arquitectónicas en la región.