La Luna es, desde hoy, el improbable hogar de unos cuantos miles de tardígrados que han llegado allí a bordo de una sonda israelí accidentada. Los osos de agua, que es como se los conoce popularmente, son uno de los organismos más duros de nuestro planeta. ¿Podrán sobrevivir en la Luna?
La idea de una colonia de microoganismos extremófilos en la Luna es a la vez fascinante y un poco inquietante, porque delata nuestra incapacidad para no contaminar otros planetas con vida terrestre por mucho que nos empeñemos en respetar cuarentenas espaciales.
En este caso, los tardígrados llegaron a la Luna a bordo de la Beresheet, un pequeño lander desarrollado por la organización sin ánimo de lucro israelí SpaceIL. La Beresheet (una palabra hebrea que irónicamente significa Génesis) sufrió un fallo crítico en el giroscopio del módulo de aterrizaje. El problema provocó una cadena de eventos que terminaron con el apagado del motor principal. El 11 de abril de 2019, el módulo de aterrizaje se estrelló en la Luna.
La Beresheet llevaba a bordo distintos experimentos científicos y una cápsula del tiempo con más de 30 millones de páginas de datos, incluida una copia completa de la Wikipedia en inglés, el disco Wearable Rosetta, la base de datos PanLex, la Torá, dibujos para niños, un libro infantil inspirado en el lanzamiento espacial, memorias de un sobreviviente del Holocausto, el himno nacional de Israel (“Hatikvah”), la bandera israelí y una copia de la Declaración de Independencia de Israel.
A nivel científico, la sonda llevaba una muestra de ADN de diferentes especies del planeta (incluidos los seres humanos) y una pequeña cápsula con miles de tardígrados deshidratados. Nova Spivack fundador de Arc Mission y uno de los patrocinadores de la misión Beresheet ha explicado en Twitter que los osos de agua están dentro de una cápsula hermética de Kapton, un material de alta resistencia que lleva años usándose en el espacio. Los astronautas de la Estación Espacial Internacional la usan, por ejemplo, para reparar temporalmente fugas en el laboratorio orbital.
Spivack asegura que los tardígrados no pueden reproducirse sobre la superficie lunar, pero la integridad de la cápsula que los transporta no se conoce con exactitud. Cualquier otro microorganismo no tendría nada que hacer en la Luna, pero los tardígrados son especialmente conocidos por su increíble resistencia a condiciones extremas. Si llegan o no a sobrevivir es algo que solo se sabrá con el tiempo. [The Guardian]