
La mayoría de los juegos que han triunfado en el móvil (Candy Crush, Clash Royale, Crossy Road, Monument Valley, Pokémon Go, Helix Jump...) están hechos en vertical para jugar con una sola mano. Este diseño permite jugarlos en el metro mientras te agarras a una barra de metal para no caerte o incluso comerte una hamburguesa con la mano que te queda desocupada (y esto no es algo que se me haya ocurrido a mí: lo demostró el mismísimo Shigeru Miyamoto cuando promocionaba Super Mario Run). Mario Kart Tour, el último título de Nintendo para smartphones, no es una excepción: está diseñado en vertical y se juega con una sola mano. Pero cuanto más lo juego, más convencido estoy de que habría sido un juego mucho más agradecido si estuviera diseñado en horizontal.
Mario Kart es una de mis franquicias favoritas de Nintendo, así que (como otros cientos de miles de fans) le di al botón de “instalar” en cuanto apareció en la tienda de Google Play. Me quedé fascinado con los gráficos y el arte del juego: sin llegar al nivel de la Switch, Mario Kart Tour recoge los circuitos nuevos y clásicos de la saga y los llena de luz, color y detalle. El diseño de los personajes es aún mejor, pero para desbloquearlos a todos hay que dedicar demasiadas horas o caer en el vicio de las microtransacciones. El problema es la jugabilidad.
Todos los juegos tienen una curva de aprendizaje. La de Mario Kart Tour es desafiante, pero no imposible. El juego tiene cuatro niveles de dificultad (uno de ellos, de pago) que puedes cambiar antes de cada carrera, con el incentivo de que los modos más complicados te permiten ganar más puntos. Además, las carreras se adaptan al nivel del jugador seleccionando rivales de un nivel similar. De esta forma, quedar primero es un objetivo factible, pero gratificante.

También desde el primer momento, Mario Kart Tour te da a elegir entre dos modos de control predefinidos: el modo sencillo y el derrape manual. El juego te recomienda que aprendas a perfeccionar tu técnica con el derrape manual, pero empezar a jugar con el control avanzado puede darte una primera impresión negativa del juego. La diferencia es evidente: en el modo sencillo, deslizas el pulgar a la izquierda o a la derecha para controlar la dirección del kart (y hay una flecha en la pantalla que predice tu trayectoria); con el derrape manual, deslizar el pulgar a la izquierda o la derecha hace que el kart derrape en un ángulo más o menos abierto, lo que te permite controlar los miniturbos.
En el modo sencillo es mucho más fácil controlar la dirección del kart, hacer trazadas limpias sobre el circuito, evitar obstáculos y pasar por los atajos. También te permite hacer miniturbos y superminiturbos, pero son más difíciles de lograr. Con el derrape manual, controlar la trayectoria es complicado, pero hacer miniturbos y superminiturbos es más fácil. Además tiene ultraminiturbos, lo que significa que puedes salir de una curva con un acelerón de dos segundos.
Si eliges el modo sencillo, el juego insiste al cabo de unas horas en que te pases al derrape manual (puedes hacerlo en cualquier momento desde el menú de ajustes). No es obligatorio, pero a medida que aumenta la dificultad, te permite ganar más puntos gracias a los miniturbos, así que llega un punto en el que tienes que activarlo para completar todos los objetivos. También puedes desactivar el volante inteligente para salirte de la trazada y tomar más atajos (algo que será especialmente útil cuando habiliten el modo multijugador). Pero el juego en manual puede volverse muy frustrante, especialmente cuando pierdes una carrera en los últimos metros por girar sin querer hacia un muro.

De nuevo: no es imposible y te acostumbras con la práctica, pero estoy convencido de que Mario Kart Tour habría sido mucho más gratificante en horizontal, con algún tipo de control a dos manos. Lo digo porque esto no va de ganar carreras, sino de hacer muchos puntos, y ahí es donde entran en juego los objetos que lanzas a tus rivales, las rampas con saltos especiales, los miniturbos... Pasan tantas cosas en una carrera que necesitas poner toda tu concentración en la pantalla, sobre todo si decides aumentar la velocidad.
Salto, recoger objeto, salto, lanzar objeto, miniturbo, esquivar objeto, superminiturbo, esquivar rival, ultraminiturbo, salto, atropellar rival, salto, esquivar objeto, salto, adelantar en la curva, salto. Tiene mérito que Nintendo haya encontrado la forma de que hagamos todo esto con una sola mano, pero me gustaría aprovechar la mano sobrante para algo, ¡como se ha hecho siempre! Y si Shigeru Miyamoto piensa que es fácil ganar una carrera de 150 cc mientras te comes una hamburguesa, que venga a verme y lo demuestre.
Por ahora, seguiré usando mi mano izquierda para sujetar el teléfono mientras juego con la derecha. Mario Kart Tour es un auténtico Mario Kart, pero su interfaz solo es amigable si tienes un pulgar ágil o eres un fan entregado de la saga. Tanto por su control de una sola mano como por su agresivo sistema de monetización, para el común de los mortales el juego resulta abrumador.