
En la misma era en la que el hombre está logrando avances en prácticamente todas las tecnologías, las maquinillas de afeitar ordinarias (y sus cartuchos desechables) siguen viviendo en el siglo pasado. ¿Por qué demonios no existe una maquinilla que se mantenga afilada un año? ¿por qué los cartuchos apenas duran una o dos semanas?
Esto mismo se preguntaron hace unos meses un grupo de investigadores del MIT, quienes llevaron a cabo un experimento para averiguar si, como los calcetines que se pierden en las lavadoras, existe algún elemento sobrenatural a la poca vida de una hoja de una maquinilla para que se mantenga afilada.
Al observar y registrar el proceso de corte bajo un microscopio electrónico de barrido, el equipo notó que los pelos creaban pequeñas astillas en la superficie de la hoja. Esta especie de chips microscópicos arruinan la capacidad de la cuchilla para cortar el cabello, según explica Cem Tasan, investigador en el MIT y autor del estudio publicado en Science, un hallazgo que nadie esperaba. Según explicaba:
Queremos diseñar nuevos materiales que sean mejores y duren más. Este problema de la hoja es un excelente ejemplo. Estamos tan acostumbrados a eso que no lo piensas. Usas la maquinilla de afeitar durante unas semanas y luego sigues adelante.
Al parecer, las hojas de afeitar están hechas de aceros martensíticos, un material extremadamente resistente creado de una aleación muy dura pulida mediante calor y templado, que se utiliza en máquinas de afeitar comerciales, instrumentos quirúrgicos o frenos de disco de bicicletas.
Sin embargo, Tasan y su equipo encontró que a pesar de esta fuerza, las cuchillas se fatigaban bastante rápido después de múltiples afeitados. Para demostrarlo idearon un experimento donde examinar el progreso del desgaste de una cuchilla después de cada afeitado. Vieron que daba igual la marca porque todas estaban hechas de una aleación de acero y carburo endurecido similar.
Los investigadores se afeitaron cada tres días durante un mes con la misma maquinilla de afeitar y luego la llevaron al laboratorio, donde instalaron un dispositivo para tomar imágenes de las hojas bajo el microscopio, que hace rebotar un haz de electrones en la superficie para obtener información sobre la estructura molecular de las hojas.
Encontraron que hay tres factores que afectan la rapidez con que las hojas se desafilan: el ángulo que la hoja corta contra el cabello, la uniformidad microestructural de la aleación de acero y carburo y la presencia de microfisuras en la superficie del acero que ocurren en la fabricación durante el proceso de bruñido en el que la hoja se afila frotándola contra una superficie áspera. “Se intenta conseguir un material lo más duro posible, pero si la dureza se produce a expensas de la heterogeneidad, las grietas pueden crecer aún más”, explica.
Además, como explicaba a Wired Brittania Boey, directora comercial de Harry’s, un fabricante de suministros de afeitado con sede en Nueva York, “los clientes encuestados que utilizan los productos de nuestra empresa tienen una conexión emocional con el cambio de cartucho de afeitado. Cuando tiran un cartucho antiguo y hacen clic, significa algo nuevo”.
Boey decía más tarde que, en cualquier caso, tanto su compañía como otras trabajan con laboratorios para mejorar el producto, y que si “existiera la necesidad de que un cliente quisiera una cuchilla mucho más duradera, siempre consideraríamos primero las necesidades del cliente”. [SciShow, Wired]