Valve ha presentado en el CES las primeras Steam Machines oficiales y hay para todo. A algunos los precios les parecen disparatados, para otros son perfectas. Su anuncio al menos ha servido para que podamos probar el mando de la Steam Box oficial. El Steam Controller es realmente extraño, pero en un sentido que te hace sentir esperanza por lo que Valve se trae entre manos.
Lo primero que te darás cuenta al cogerlo es que el mando de alguna forma quiere alcanzarte, abrazarte. En lugar de agarres con curvas hacia fuera, como el mando de la Xbox One o la PS4 (ambos geniales, por cierto), las curvas del Steam Controller son justo al revés, hacia dentro, como si te quisieran envolver. A pesar de esa sensación extraña, se ajusta a la mano sin problemas.
La situación de los gatillos es curiosa: en lugar de tener una situación estándar L1/L2, el mando tiene gatillos adicionales que se extienden por la parte trasera de los agarres, donde tienes siempre las manos. Genial para acceder a ellos de forma rápida y sencilla, pero tres pares de gatillos se nos antoja algo excesivo. Va bien para usar al menos dos de ellos, no todos a la vez.
Luego están los trackpads, que son otra cosa totalmente diferente a lo que estás acostumbrado. Las vibraciones que circulan por debajo de la superficie ayudan a dar la sensación de que estás interactuando con algo físico mientras juegas, táctil. No tiene nada que ver con utilizar un joystick, es más como usar una bola direccional. Si deslizas el dedo rápidamente hacia un lado del trackpad, sentirás los clicks ondear a lo largo de la superficie, como si hubiera una especie de bola debajo, pero no, es solo la sensación. Está realmente bien lograda.
A la hora de jugar, acostumbrarse al mando lleva su tiempo. No es sencillo. Jugué a Starbound y Portal 2 y la experiencia era muy diferente a lo que estás acostumbrado en una consola tradicional. En Portal 2 la sensación era casi normal. Jugar a un shooter con un Steam Controller frente a otro mando diferente parece solo una cuestión de acostumbrarse.
En Starbound era sencillo mover el personaje y navegar por los menús. Algunos movimientos se hacen mucho mejor con un pad que con un joystick. Sin embargo, el trabajo de adivinar y recordar cómo los movimientos de ratón y teclado se corresponden con el mando es otra historia. Suena sencillo, pero no lo es tanto.
Una vez conseguido, esa es justo una de las principales fortalezas del Steam Controller: convertir juegos intensivos en movimientos de ratón y teclados en una experiencia de el sofá. Lo malo es que buena parte de esa transición depende del propio jugador, de acostumbrarse, aprender los movimientos etc.
Como muchos de los mandos y Steam Boxes que ya están ahí fuera, el que probamos era una unidad en desarrollo, un prototipo, así que no había pantalla táctil en el medio, solo botones físicos. Por lo demás, parece que este será un mando muy similar al final. Gabe Newell aseguró que Valve vendería unidades por separado (aunque no dijo cuándo ni cuánto costarían), así que tendrás forma de probarlos. ¿Será este el futuro de los mandos?