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Orion tiene la capacidad para albergar de hasta 6 astronautas, ha sido construida por Lockheed Martin y tiene la misma forma de cono truncado que el módulo lunar. Para 2018 debería poder hacer misiones automáticas. En total, estará 4 horas y media obrando en torno a la tierra, y regresará a la misma a la friolera de 32.000 kilómetros por hora, el escudo térmico deberá resistir temperaturas de hasta 2.200 grados centígrados.

La ARM ensayará nuevas tecnologías, como la propulsión solar eléctrica, que nos ayudará a enviar cargas pesadas a Marte antes de las misiones humanas”, señala la NASA en un comunicado. “Los astronautas a bordo de las Orion volverán a la Tierra con muestras del asteroide, habiendo probado numerosas herramientas que utilizaremos en futuras misiones humanas a Marte y sus lunas”.

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El largo camino hacia Marte

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Con la Orion, la NASA espera que sea la cápsula que determine la llegada del hombre a Marte en algún momento de 2030 (aunque no necesariamente que sea la cápsula en concreto que lo consiga). Antes, sin embargo, tendrá que superar algunas dificultades cruciales, la mayoría de ellas políticas y económicas.

Así se producirá:

- 2018: Inicios del Space Launch System, serán los primeros cohetes preparados para llevarnos hasta Marte.

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- 2020 en adelante: Inicio del program ARM (Asteroid Redirect Mission), un programa de la NASA para redireccionar a un asteroide, llevar una misión tripulada hasta el mismo, recoger muestras y volverse a bordo de una Orion. Serviría además como terreno de pruebas para el camino hacia marte.

- 2030 en adelante: Es cuando la NASA tiene previsto la primera misión tripulada a Marte.

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Aunque el programa ARM para redirigir un asteroide hasta cerca de la luna cuenta con el apoyo de Obama, no lo hace con el del Congreso estadounidense y cuenta además con los ojos críticos de varios miembros del Instituto de Ciencias Planetarias Estadounidense y del Consejo Nacional de Investigación, que lo ve como " un callejón sin salida". Tampoco hay ningún tipo de financiación cerrada, aunque es muy probable que se consiga, para que la NASA lleve sí o sí una misión tripulada al planeta rojo.

Las defensas de la Agencia Espacial Estadounidense con respecto al programa ARM es que servirá para ensayar nuevas tecnologías, como la famosa propulsión solar eléctrica del SLS (Space Launch System), que serán vitales para enviar cargas pesadas y tripulación hasta Marte y sus lunas, así como de las herramientas y el equipamiento necesario para la misión.

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Retos y misiones alternativas

La NASA no es la única agencia con intenciones de colocar al ser humano en Marte, la ESA, con la misión Exo-Mars, es otra de las candidatas y Rusia ha iniciado su propio programa de simulación llamado Mars-500. Las principales dificultades radican en que todavía nadie ha conseguido construir un vehículo que sea lo suficientemente avanzado como para hacer el viaje de ida y vuelta hasta Marte además de los retos científicos, psicológicos y fisiológicos a los que se enfrentaría la misión.

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Uno de los modelos propuestos es un sistema que crea un fluido intravenoso directo a las venas de los astronautas y que serviría de sustento durante la duración de la misión. Esto ahorraría llevar pesados tanques de agua y optimizar el espacio para dedicarlos a llevar más combustible, por ejemplo.

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