Durante las últimas semanas, las imágenes de jóvenes inmigrantes en las calles con carteles que declaran “no destruyas mis sueños” y “los soñadores no son criminales” se han convertido en virales. Las personas detrás de las fotos son jóvenes indocumentados acogidos bajo el programa DACA.
Fueron traídos a Estados Unidos por sus padres cuando eran niños. Han salido a manifestarse porque, hace solo unas semanas, con la eliminación del DACA, su futuro en el país se ha convertido en incierto.
Está es la historia del DACA y sus beneficiarios, los últimos cambios al programa, la polémica asociada a ello y qué pasará durante los próximos meses.
¿Qué es el estatus de jóvenes inmigrantes indocumentados en Estados Unidos?
Debido a que son los beneficiarios del programa, es importante definir quiénes son los inmigrantes indocumentados que cualifican para ello y cuál es su estatus legal. Según el Centro de Investigación Pew, había 11 millones de inmigrantes indocumentados — o un 3.4% de la población — residiendo en el país en 2015. De estos, aproximadamente 800.000 son beneficiarios del DACA.
Los beneficiarios son inmigrantes jóvenes que fueron traídos al país por sus padres y que se han criado ahí. Ni ellos ni sus padres son residentes legales de Estados Unidos. Hasta hace poco, los jóvenes no podían obtener un carnet de conducir o trabajar de forma legal. Incluso podrían ser deportados pese a haberse criado en el país. Todo esto cambió en 2012, con la implementación del DACA.
¿En qué consiste el programa DACA?
El programa de Acción Diferida para Llegadas Infantiles (DACA por sus siglas en inglés) fue creado por el antiguo presidente Barack Obama en 2012 después de que la legislación para resolver el estatus legal de estos inmigrantes — llamada la ley Dream Act, que significa sueño en inglés — fracasara en el Congreso estadounidense.
“Esto no es amnistía, no es inmunidad, no es una forma de conseguir la ciudadanía, no es una solución permanente”, declaró Obama en un discurso en anunciado el programa en 2012. “Es una medida temporal que nos permite utilizar nuestros recursos de forma inteligente y proporcionar una cierta cantidad de alivio y esperanza a jóvenes talentosos, dedicados y patriotas”.
DACA protege a los jóvenes inmigrantes de la deportación y les proporciona permisos para trabajar, estudiar (en ciertos casos necesitan un estatus legal para acudir a la universidad) y conducir. Para cualificar para el programa, un inmigrante tenía que cumplir varios requisitos, como tener menos de 31 años en 2012, haber llegado a Estados Unidos antes de los 16 años, residido continuamente en el país desde 2007, ser estudiante o tener un título universitario y cadecer de antecedentes penales, entre otros. Su afiliación al programa se podría renovar cada dos años.
¿Qué ha cambiado con el programa últimamente?
A principios de septiembre, el presidente Donald Trump eliminó el programa de su antecesor. Trump afirmó que era un programa de “amnistía” y que el Congreso tenía que encontrar una solución legal para los jóvenes inmigrantes dentro de seis meses. Miembros de la administración del presidente declararon que el programa “le había quitado trabajo a cientos de miles de americanos porque había permitido que los inmigrantes ilegales ocuparan esos puestos”.
¿A quién afecta la eliminación del programa?
La reciente terminación del programa afecta a todos de los casi 800.000 personas indocumentadas que se han registrado para ello. Ya no se aceptará ninguna solicitud nueva para el programa. Algunos tendrán una ventana de tiempo para renovar su estatus mientras otros perderán su protección por completo durante los próximos meses.
Las personas cuyas protecciones se caducan antes del 5 de marzo de 2018 tendrán hasta el 5 de octubre de este año para entregar una solicitud de renovación. Mientras tanto, los otros recipientes simplemente perderán sus protecciones cuando caducan. De acuerdo con el Los Ángeles Times, hay aproximadamente 150.000 personas que cualifican para una renovación.
¿Por qué es un programa polémico?
El por qué detrás de la polémica de este programa tiene dos partes, la legal y la emocional, y es ahí de dónde vienen los proponentes y opositores. Desde el punto de vista de los opositores, el antiguo presidente Obama no tenía el poder para crear el programa ya que el Congreso había rechazado propuestas similares anteriormente. Implementar el programa, desde entonces, era inconstitucional.
Además, los seguidores de Trump culpan al programa por los miles de menores indocumentados que cruzaron la frontera durante los últimos años. También sostienen que proporcionarle visados a cientos de miles de jóvenes indocumentados le ha quitado empleo a los ciudadanos y residentes legales del país.
Los proponentes del programa no necesariamente niegan las cuestiones legales de la situación, pero creen que se debe hacer excepciones para estos inmigrantes ya que no decidieron ir al país por su propia cuenta y porque han pasado la mayoría de sus vidas en Estados Unidos. Algunos no recuerdan a su país de origen y tampoco saben el idioma que se habla ahí. Sin el programa, argumentan los proponentes, los jóvenes regresarán a las sombras y no podrán contribuir a la sociedad.
¿Qué le pasará a los jóvenes si el Congreso no llega a una solución?
No está claro. El gobierno afirma que no eliminará las protecciones del programa para las personas que siguen siendo beneficiarios actualmente. Trump ha declarado que analizaría el tema de nuevo si el Congreso no aprueba legislación con medidas de protección similares para los inmigrantes. Tampoco se sabe si los inmigrantes podrían ser deportados inmediatamente después de que caduquen sus beneficios, ya que el presidente ha dicho que no son una prioridad para deportación.