Amazon acaba de realizar su primera entrega real mediante drones en el Reino Unido. Todo el proceso ha tardado exactamente 13 minutos desde que el comprador (un colaborador de la compañía) pulsó el botón de confirmación en la web hasta que el vehículo volador aterrizó en su jardín.
El dron guiado por GPS entregó un pequeño stick de Amazon TV y una bolsa de palomitas. El servicio, apodado Amazon Prime Air, se limita a paquetes de menos de 2,6 kilos que entrega en menos de media hora a una distancia máxima de 25 kilómetros, pero Amazon está probando vehículos capaces de cargar más peso y llevarlo a más distancia.
Por supuesto, la prueba tiene todos los peros que queramos ponerle. Para empezar, el trayecto se ha limitado a unos pocos kilómetros desde la estación de la compañía donde se prueban los drones, en las afueras de Cambridge, en el Reino Unido.
Para continuar, se trata de un trayecto fácil y su destinatario tiene todo el espacio del mundo para que que el dron aterrice sin problemas. Esta misma operación es imposible ahora mismo en un núcleo urbano como Londres que está atestado de edificios y en los que no hay espacio habilitado para que se posen pequeños vehículos voladores. También hay que tener en cuenta que Reino Unido es de los pocos países que ha dado a la compañía permiso para operar sus cuadricópteros autónomos sobre áreas habitadas. Ahora mismo esta prueba sería imposible (o muy difícil) en países como Estados Unidos o España por cuestiones de legislación.
Por último, podemos sonreír con condescendencia y señalar que el vídeo es un mero spot promocional de Amazon y que hacerse eco de ello en una noticia es seguirle el juego a Amazon.
Todo esto es cierto, pero nada de ello sirve para borrar un hecho: que alguien que tiene el dinero y los redaños de poner estas innovaciones en marcha, tiene todo el derecho a presumir por ello. Salvo acciones esporádicas de otras compañías como DHL (también destinadas al autobombo) Amazon es la única compañía ahora mismo que se está tomando muy en serio el reparto con drones. De hecho, Bezos sigue manteniendo 2018 como fecha de inicio oficial para el servicio en ciertas áreas seleccionadas.
Esta primera entrega irá seguida de otra, y de otra, y quizá en un futuro cercano los constructores comiencen a jugar con la idea de habilitar un pequeño espacio en las casas para que aterricen los vehículos autónomos. En algún momento, alguien ideará una plataforma extensible para las ventanas que permita a los drones aterrizar en apartamentos, y la sonrisa irónica comience a ceder al segundo estado natural del cínico en Internet, el de “yo ya sabía que esto iba a pasar”. Ya, claro.
El reparto con drones ahora mismo está en pañales, pero tiene el potencial de solucionar muchos problemas como la disponibilidad en áreas de difícil acceso o las demoras por saturación en fechas como las que se acercan. Ojalá haya menos cínicos limitándose a exponer los problemas de las cosas y más ingenuos tratando de resolverlos. [Amazon, vía The Next Web]