
Se suele decir que la pubertad es dolorosa por muchas razones. Físicamente, los cambios que se producen con el crecimiento de los huesos o el mismo acné que surge de la noche a la mañana suele traer complicaciones para los más jóvenes. Nada comparado a este niño de 11 años que insertó 70 bolas magnéticas en su pene.
La historia la contaba el South China Morning Post. Al parecer, los médicos del Hospital de la Universidad de Zhejiang no entendían muy bien lo que estaba pasando. Un niño de 11 años había llegado a urgencias aquejado de dolores de estómago, sin embargo, las imágenes de rayos X de su vejiga confirmaron unos objetos extraños.
Ante la evidencia fotográfica, el niño admitió haber metido las bolas magnéticas en su propio pene “por curiosidad”. Lo que ocurrió a partir de entonces fue una cirugía de varias horas donde los doctores trataron de retirar los 70 objetos extraños de la vejiga sin que afectara a su órgano. Según explicó Tao Chang, un cirujano del hospital:
Las bolas se pegan unas a otras y es difícil eliminarlas como un bulto completo, por lo que al principio solo podíamos recoger dos o tres a la vez. Después de sacar unas 50 bolas, las restantes formaron una línea y las sacamos de una vez.

Tao explicó que la uretra de un niño de esa edad podría permitir que un objeto de hasta siete u ocho milímetros de diámetro pasara sin problemas. Afortunadamente para el joven paciente, cada una de las bolas magnéticas tenía tan solo cinco milímetros de ancho.
Este tipo de bolas no solo son muy populares en China, sino que pueden comprarse paquetes de 200 bolas por unos 5 euros al cambio. Por tanto, es frecuente que los médicos adviertan a los padres que no compren estos artículos como juguetes.
De hecho, Tao explicó a los medios que solo en el hospital ya ha visto dos o tres casos similares en los últimos años. Los pacientes suelen ser niños de entre 10 a 15 años, y “su preferencia varía desde cables eléctricos hasta agujas”.
Por ejemplo, y como contamos, en un caso en la provincia de Henan los médicos retiraron un cable USB de 40 centímetros de largo del pene de un joven de 18 años. El chico dijo que lo había insertado hace un año, pero estaba demasiado avergonzado para contarlo a pesar del dolor.
Otro incidente similar involucró a un niño de 13 años en la provincia de Heilongjiang, noreste de China. El adolescente recibió una cirugía para quitarle un cable eléctrico de 10 centímetros de largo del pene. En ese caso los doctores lo encontraron anudado en su vejiga. [South China Morning Post vía NZherald]