El que haya sufrido alguna vez el ataque de un gato doméstico sabe que las garras y dientes de uno de estos felinos no son ninguna broma. DeDe Philips ha tenido la desgracia de averiguar de lo qué es capaz la versión mejorada de un gato. Esta estadounidense sufrió el ataque de un lince rabioso (y ganó).
El incidente tuvo lugar en la entrada de su propia casa. Philips estaba instalando una pegatina en la parte de atrás de su camioneta. Se disponía a tomar una foto del adorno con su móvil cuando se percató de un lince que la miraba fijamente a solo unos pasos de distancia. La mujer tuvo tiempo de sacar una foto justo antes de que el felino se abalanzara sobre ella.
Philips relata que su único pensamiento era impedir que el animal entrara en la casa donde jugaba su nieta o que el ruido hiciera salir a la pequeña. Durante el forcejeo, la mujer se las apañó para echar sus manos alrededor del cuello del lince y el miedo hizo el resto. Philips estranguló al animal con sus propias manos.
Los servicios de urgencia trasladaron a la mujer a un hospital con varios dedos rotos y arañazos y mordiscos profundos en brazos, piernas y pecho. Por fortuna, su vida no corre peligro. La autopsia al felino, sin embargo, obligó a Philips a volver al hospital para vacunarse porque el lince estaba rabioso.
El lince rojo estadounidense (Lynx rufus) no es un animal peligroso para los seres humanos, pero puede comportarse de manera muy agresiva si se ve acorralado o, como en este caso, si está enfermo. Su peso tiene suele oscilar entre los 5,9 y los 10,8 kg, aunque algunos ejemplares pueden llegar a pesar hasta 18. Por fortuna para la señora Philips, el que la atacó estaba flaco y probablemente debilitado por la enfermedad. [vía TIME y CNN]