Lo que veis en la imagen es un hotel de 300 metros de altura que una empresa llamada Mobilona pretendía construir en una isla artificial en mitad de la costa de Barcelona. El proyecto, diseñado por el arquitecto Erik Morvan y de corte muy futurista, ha sido rechazado por el Ayuntamiento de la ciudad.
El proyecto incluía un hotel de lujo con 2.000 habitaciones, un centro comercial abierto 24 horas, apartamentos de alto standing, helipuerto, y un puerto deportivo con capacidad para yates de hasta 200 metros. El complejo incluía algunas atracciones bastante extravagantes como un spa en gravedad cero (no sabemos muy bien cómo pretenden emular esta condición en tierra firme) o un túnel de viento vertical.
El proyecto ha sido ofrecido también a Dubai, Los Ángeles y Hong Kong, donde quizá sea más acorde con la fisonomía de la ciudad. El Alcalde de Barcelona, Xavier Trías ha comentado que ‘Barcelona es una ciudad de cultura, conocimiento, creatividad e innovación, pero nuestro proyecto no sigue por esa vía. No tenemos intención de hacer de Barcelona un espectáculo’.
Desde el ayuntamiento precisan que el proyecto es apropiado para ciudades como Dubai, pero que no tiene mucho que ver con el actual desarrollo urbanístico de la ciudad. Construir este hotel espacial hubiera requerido una inversión inicial de 1.500 millones de euros [The Telegraph].