
Sabemos que una ilusión óptica es realmente buena cuando la vemos repetidamente y seguimos viendo lo que (sabemos) que no es. La siguiente ilusión, denominada como “diamante perpetuo”, es un ejemplo perfecto.
Como describen los investigadores Oliver Flynn y Arthur Shapiro, “se trata de un continuo y sin ambigüedades en una dirección a pesar de que nunca se cambió físicamente la ubicación”.
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¿El truco? El efecto se crea a través de la combinación del fondo parpadeante y los bordes alternos alrededor del diamante. Al cambiar la luminancia alrededor de dichos bordes y el fondo, puede hacer que parezca que el diamante se está moviendo hacia arriba, abajo, hacia la derecha o hacia la izquierda. [BoingBoing]