
Aunque fueron en total 26 las ruinas amazónicas encontradas, los investigadores cuentan que al menos 11 de ellas eran completamente desconocidas. Un tesoro histórico que se encontraba “escondido” bajo la vegetación de la selva boliviana.
Para dar con semejante hallazgo, el equipo examinó seis áreas dentro de una región de 4.500 kilómetros cuadrados de los Llanos de Mojos, en la Amazonía boliviana, utilizando tecnología de imágenes lidar (láseres) montada en helicóptero. En total, descubrieron dos nuevos sitios de asentamiento grandes llamados Cotoca y Landívar, de los 24 sitios más pequeños encontrados, y de los cuales solo se sabía que existían 15.
En el estudio recientemente publicado explican que dichos asentamientos no eran viviendas básicas, al contrario, se habla de una zona que alguna vez fue una comunidad importante, con su propia arquitectura e incluso con complejos sistemas de gestión del agua a través de canales y embalses.

Más datos. El trabajo indica que los asentamientos datan de aproximadamente 500 EC a 1400 EC, es decir, cuando esta parte de la Amazonía boliviana fue el hogar de la cultura Casarabe. Según exponen los investigadores en su estudio:
Nuestros resultados descartan los argumentos de que la Amazonía occidental estaba escasamente poblada en la época prehispánica. Al igual que con otras regiones tropicales, la aplicación del Lidar arqueológico en el Amazonas ha iniciado un proceso transformador de descubrimiento, documentación y reelaboración de suposiciones mantenidas durante décadas sobre la naturaleza de las sociedades antiguas. Este trabajo es la salva inicial de una nueva ortodoxia amazónica que desafía la comprensión actual de la prehistoria amazónica y enriquece fundamentalmente nuestro conocimiento de las civilizaciones tropicales.
Un trabajo fascinante que, como decíamos al comienzo, solo ha sido posible gracias al uso de Lidar, una tecnología de imágenes basada en láser que ha demostrado ser una herramienta invaluable para los arqueólogos que exploran paisajes en busca de asentamientos perdidos hace mucho tiempo. Su baza principal: la capacidad de “ver” a través de zonas densas y de espesa vegetación. [Nature vía ScienceAlert]