
Imagina que un día te dicen que tienes una docena de Ferraris a tu nombre pero no puedes hacerte con ellos en casi 10 años mientras estos se pudren en un campo perdido. Esta historia le pasó a una familia, una de las más extrañas que se recuerdan de la firma italiana.
Como veremos, hay muchísimos relatos sobre deportivos de lujo abandonados y encontrados muchos años después, pero pocos donde se junten una docena de ellos perdidos en la maleza de un campo.
Esta historia comenzó cuando un abogado estadounidense cuyo nombre se ha mantenido en el anonimato comenzó a tener éxito en su profesión. Su carrera fue tan fulminante que en poco tiempo amasó el dinero suficiente para hacer de sus fantasías una realidad. A este abogado le perdían los autos deportivos, así que comenzó su colección con varios Chevrolet Corvettes.

Sus gustos cruzaron el Atlántico y lo llevaron a comprar no menos de 20 autos de lujo europeos. Lamborghini, Lotus, Rolls-Royce y Porsche eran algunas de las firmas que el hombre guardaba en su garaje, y tras ellos, la marca que se convirtió en la perdición del abogado: Ferrari.
Hoy sabemos que este hombre llegó a tener una flota de al menos 13 vehículos de Maranello, entre otros, un Testarossa, un Quattrovalvole 308, un 400i, al menos dos 328, al menos tres 348 y un pequeño número de Mondials.
Sin embargo, la acaudalada vida del abogado dio un giro en el año 2011. Le habían diagnosticado una grave enfermedad (no especificada por la familia) y los doctores le prohibieron su más preciado tesoro: no podría volver a conducir. ¿Qué haces cuando cuentas con semejante colección de autos que no puedes conducir? El abogado decide llevarlos a un lugar seguro y mantenerlos en secreto por un tiempo indefinido.

De esta forma, y antes de comenzar el tratamiento por su dolencia, contacta con un amigo que cuenta con un almacén lo suficientemente grande como para guardar su colección. Le paga por adelantado y pasan varios meses. Sin embargo, después de que la condición del abogado empeorara y se le pasaran varios plazos, este amigo, o más bien “conocido”, decide sacar la colección de su almacén y trasladarlos a un campo perdido en Texas.
Cuesta imaginar qué clase mente decide tal cosa, porque se me ocurren cientos de fórmulas para recuperar el dinero antes de literalmente tirar en el campo que vemos en las imágenes una flota de Ferraris de lujo.
Curiosamente, unas semanas después de que la flota estuviera en el campo, el abogado regresa al almacén con efectivo para pagar los meses que debía. De este encuentro no se sabe mucho más que la respuesta del “amigo”. Le dijo al abogado que había llegado con el dinero demasiado tarde, los Ferraris nunca fueron trasladados al almacén y, quizás lo más incomprensible de toda esta historia, permanecieron en el campo casi una década mientras se iban degradando lenta e inexorablemente.

Durante estos casi 10 años la familia del abogado ha estado luchando para tomar posesión de ellos. La historia original, que la contaba en exclusiva el medio Silodrome, no explicaba las razones por las que no pudieron hacerse con ellos más allá de “procedimientos legales”, aludiendo a que la familia quería discreción (al igual que tampoco se especificaba la ubicación exacta de este cementerio de Ferraris).
Finalmente, las imágenes que vemos muestran el estado de los vehículos cuando la familia pudo tomar posesión. Se encontraron once Ferraris en el campo, aunque curiosamente, los registros (títulos, facturas) encontrados mostraban que debería haber 13. Además, otros dos Rolls-Royces también están desaparecidos.
La familia contactó con una figura conocida en la comunidad local de Ferrari que aceptó ayudar en la posterior venta. Debido a que los autos necesitaban bastante trabajo para volver a ponerlos en servicio o restaurarlos, había que dar con coleccionistas bien equipados o talleres de restauración para tener alguna esperanza.
Una triste historia de Ferraris clásicos abandonados que al menos contó con un final “feliz”. Se llegó a un acuerdo para vender los nueve autos a un concesionario que encontró propietarios para todos los modelos.
Dos ferraris y un Maserati escondidos en un cobertizo 30 años

Durante años, los coleccionistas de automóviles en Texas habían escuchado rumores sobre una reserva secreta de autos deportivos italianos escondidos y casi olvidados. En 2011 se descubrió que, efectivamente, era verdad.

Se trataba de un Ferrari Dino 246 GTS 1974, un Ferrari 365 GTB / 4 Daytona 1972, y un Maserati Bora Coupe 1977, tres clásicos que pasaron más de 30 años en un cobertizo de almacenamiento cerca de Dallas mientras acumulaban polvo.

Al parecer, el propietario fue un amigo de Luigi Chinetti, el piloto italiano que abrió el primer concesionario Ferrari en Estados Unidos tras la Segunda Guerra Mundial, y durante muchos años la única fuente de vehículos Ferrari en la zona.

Hoy sigue siendo un misterio por qué alguien estacionaría estas joyas bajo una capa de polvo durante tanto tiempo, y todo lo que se sabe es que salieron a la luz en marzo de 2011 y se subastaron en California el mismo año.
Un Chevrolet Corvette escondido en una montaña de basura cinco décadas

La historia la contó hace unos días en Facebook una compañía de remolque local y tiene lugar en un garaje de Ohio. Allí, durante cinco décadas el espacio se había convertido en un lugar donde tirar todo tipo de basura.

La sorpresa llegó cuando se limpió el garaje el pasado mes de febrero. Camuflado entre la basura se encontraba un Chevrolet Corvette Fuelie de 1965 bien conservado. Tal y como explicaban en la publicación, la insignias de “inyección de combustible” de este Corvette de 1965 indican que se ordenó con el L84 V-8 de 5.4 litros con inyección de combustible Rochester.

Chevrolet vendió únicamente 771 Corvettes con inyección de combustible en 1965 antes de que GM desconectara por completo el sistema para 1966. La inyección de combustible no apareció en un Corvette nuevamente hasta 1982, en el último año del C3.

Tras su restauración se espera que el Corvette salga a la venta a subasta por Phil Stalling Classic Cars a un precio inicial de 50.000 dólares, nada mal si tenemos en cuenta que había estado durante cinco décadas escondido en un garaje repleto de basura.
Dubai, el destino de una flota de lujo abandonada

Probablemente, no existe otro lugar en el mundo donde te puedas encontrar tantos superdeportivos abandonados como en Dubai. Hace varios años, el periódico Gulf News contaba que había entre 2.000 y 3.000 automóviles abandonados cada año en la ciudad, simplemente desechados y abandonados por sus propietarios para acumular polvo en el abrasador calor del desierto.
Las razones son variadas, aunque muchas tienen que ver con deudas. En Dubai, la deuda es un delito y los Emiratos Árabes Unidos no tienen leyes de bancarrota, por lo que no hay protección para aquellos que no cumplen con los pagos de, por ejemplo, sus automóviles, tarjetas de crédito o hipotecas. Por esta razón, muchos prefieren simplemente huir del país con lo puesto para evitar la cárcel.

Así podemos entender el caso de un expatriado británico que huyó de la ciudad en 2011. Lo hizo dejando en el camino su Ferrari Enzo de 1.6 millones de dólares para acumular polvo. Al año siguiente, las autoridades explicaron que este Enzo particular lo buscaba la Interpol y que lo dejaron en un parking hacía veinte meses después de acumular demasiadas multas de estacionamiento.
En 2012 el gobierno de Dubai lo subastó junto a otros 129 vehículos incautados, 23 de los cuales eran de lujo.

Unos años antes, en un parking de la ciudad junto a un conjunto de viviendas en desarrollo, se encontró un espectacular Ferrari Mondial abandonado a su suerte. Al parecer, el auto había estado allí desde al menos 2007.
Que se sepa, se fabricaron únicamente 700 modelos Mondial 8s entre 1980-1982 antes de ser reemplazados por el Mondial QV y su motor de 4 válvulas por cilindro inspirado en la F1.

Y no solo Ferrari, en Dubai también se han encontrado joyas como el Acura NSK de mediados de los 90 pudriéndose junto a unos contenedores de basura.





El auto se encontró en 2011 junto a las privilegiadas vistas de un complejo entonces en desarrollo. Llevaba allí seis meses y, que se sepa, es posible que sus restos permanezcan todavía muy cerca de la zona.


El último de los vehículos destacados encontrados en Dubai fue un Jaguar XJ220 cuyo cuentakilómetros marcaba únicamente 700 kilómetros cuando lo encontraron abandonado en un desierto. En su momento, uno de los 281 que salieron al mercado costaban medio millón de euros.
Un Rolls Royce Centurion en las vías de un ferrocarril

Rusia, año 2012. Aparece un Rolls Royce Centurion edición especial sobre unas vías de ferrocarril. Hasta el día de hoy nadie tiene ni la menor idea de cómo pudo llegar hasta allí, aunque una de las historias cuenta que su propietario fue una celebridad de Las Vegas que luego vendió el automóvil a un comprador ruso para finalmente terminar en el lugar más improbable.

Por cierto, en este caso sí conocemos su presente (imagen arriba). El vehículo es hoy un Rolls Royce Phantom que ha sido completamente modificado aumentando su valor a cerca de 450.000 dólares, lo cual no está nada mal teniendo en cuenta que estuvo muy cerca de perecer acumulando nieve.
Dos auténticas obras de arte en un granero durante décadas

Año 2018. ¿Qué lleva a una persona a abandonar dos de los bólidos más soñados por la mayoría de los coleccionistas en un granero a punto de ser demolido?
La historia la contaba hace dos años Tom Cotter, quien dirige la serie Barn Find Hunter en YouTube. Cotter encontró un Ferrari 275 GTB/2 de 1966 y un Shelby Cobra 427 de 1967, en el granero de una casa abandonada de Carolina del Norte.
Al parecer, la casa estaba en un vecindario acomodado y lista para ser demolida y construir una nueva. Un amigo del propietario de la casa, Warren Cramer, se reunió con Cotter para mostrarle el secreto que escondía la vivienda; el Ferrari y el Cobra, dos autos que aparentemente habían estado allí desde 1991.
Cramer explicó que antes de sucumbir a un destino tan triste, el propietario de los automóviles solo confiaba en un mecánico para trabajar en ellos. El mecánico murió en un accidente, y su amigo pensó que con el tiempo encontraría a alguien más que pudiera trabajar en los autos. De lo contrario, explicó Cramer a Cotter, el propietario decidió que simplemente los dejaría allí.
Y así pasó el tiempo. El dueño nunca encontró a nadie, y los dos autos, estimados por la compañía de seguros de autos clásicos Hagerty por un valor de 4 millones de dólares, no se han mudado en 27 años.
Para que nos hagamos una idea, cuentan en este otro vídeo que los autos son tan valiosos que ninguna compañía de remolque local estaba dispuesta a correr el riesgo de trasladarlos. Finalmente Cotter lo hizo él mismo y estas dos joyas se subastaron al mes siguiente en Gooding & Company.
El Lamborghini Miura P400S abandonado en un Hilton tres décadas

Esta última historia tiene de todo. El magnate naviero Aristóteles Onassis, famoso, entre otras cosas, por tener más dinero que su Grecia natal en la actualidad, compró este Miura S marrón para el cantante de pop Stamatis Kokotas, el conocido como “Elvis griego” en 1969.

Al parecer, Onassis era tan fan del cantante que le quiso obsequiar con el superdeportivo. Y aquí viene la parte surrealista, porque a Kokotas le debió gustar tanto que lo dejó en el parking de un hotel Hilton durante casi tres décadas mientras se pudría.

¿La razón? Stamatis era un gran piloto de carreras. Según la historia, el Lamborghini tuvo un fallo en el motor V12 en 1972. Debía llevarse a reparar y mientras tanto terminó aparcado en el garaje subterráneo del Hilton Athens.

Ocurre que la estrella del pop aparentemente perdió interés en el auto, y dado que nadie pagó la abultada cantidad que pedían los técnicos de Lamborghini por el arreglo, el motor permaneció en la fábrica, y un espectacular Miura quedó condenado al ostracismo en un garaje subterráneo durante tres décadas.

Pasados esos 30 años, a pocos parecía importarles que aquella joya siguiera abandonada. De hecho, tuvieron que llegar los Juegos Olímpicos para que alguien tuviera en cuenta el Miura. Cuando comenzó la reconstrucción del hotel en 2003, el Lamborghini se llevó a otra instalación de almacenamiento, justo al lado de un Mercedes-Benz 300SL Gullwing rojo también completamente destrozado.
El auto finalmente fue subastado unos años después. [Silodrome, Facebook, DriveTribe, CrankAndPiston, Jalopnik, AutoBlog, ClassicDriver]