El resultado es que el material no solo sobrevive, sino que podemos tocarlo con el dedo sin quemarnos. Minutos después, cuando la superficie del resto de la lava se ha enfriado y está negra, el aerogel aún se ve al rojo porque su capacidad de aislamiento mantiene la lava que hay bajo él caliente, pero nada de este calor se transmite a la superficie. Podemos tocarlo. No es de extrañar que la NASA trabaje con él para futuros usos en el espacio. [The Action Lab]